La vida de un artista en general no es fácil. Con talento y suerte, pueden ser reconocidos mundialmente por algunos años. Sin embargo, si su arte no se actualiza conforme a los nuevos tiempos, sus creaciones pasan de moda y el reconocimiento del cual gozaba el artista, se esfuma. No obstante, en ocasiones, existen segundas oportunidades que permiten a un creador volver a gozar del éxito, aunque este sea de manera póstuma.
Lo anterior es parte de la trama de la cinta argentina: Mi obra maestra, protagonizada por Guillermo Francella y Luis Brandoni, cuyos respectivos personajes: Arturo Silva y Renzo Nervi, comparten una amistad de décadas la cual se ha sustentado en el arte.
Arturo es un galerista de la ciudad de Buenos Aires y en local alberga las obras de su amigo Renzo, este último un pintor que gozó de reconocimiento en la década del 80 pero que actualmente se encuentra en un complejo momento económico y a punto de ser desalojado del recinto en el que habita debido al atraso de ocho meses en la cuota de alquiler. ¿La causa de esta problemática? Renzo no adaptó su arte a los nuevos tiempos y sus pinturas ya no se venden como antes.
A pesar de lo anterior, aún quedan personas que admiran su arte, como es el caso de Alex (Raúl Arévalo) un joven español que llega hasta la casa de Nervi para que este experimentado artista sea su mentor. No obstante, y luego de una “curiosa” prueba a la que Alex es sometido, Renzo aconseja al muchacho de que se olvide del arte ya que no posee las características y aptitudes que requiere un pintor. El joven, desilusionado se va, pero sus caminos se volverán a cruzar.
Por otra parte, Arturo hace todo lo que está a su alcance para ayudar económicamente a su amigo Renzo, y es por ello que le solicita realizar una pintura para una empresa argentina -cuyos dueños son extranjeros- que está próxima a celebrar su aniversario en el país. Nervi se niega en primera instancia ya que no le simpatizan los empresarios, sin embargo, ante la insistencia de Silva, Renzo acepta el trabajo, pero el resultado de este no era el que Arturo, y los dueños de la compañía esperaban.
Luego de lo anterior, Nervi tiene un accidente y su amigo Arturo se hace cargo de su cuidado. Sin embargo, el galerista idea un plan que le hará ganar millones de dólares y a la vez, volverá a hacer reconocido el nombre de su amigo pintor.
La cinta posee una trama novedosa, que mezcla el drama, la comedia y algo de intriga en solo 100 minutos. Además, posee una crítica social y humana que no sólo es aplicable a la realidad argentina, sino a la de cualquier nación.
Mi obra maestra está coproducida con España, y fue estrenada en agosto de 2018. En el sitio especializado en cine IMDb, la película posee evaluación de 7,1 en escala de 1 a 10. Para quienes gusten visualizarla, Netflix la tiene incorporada en su catálogo.