Miguel Ángel, o Michelangelo, Buonarroti, es un escultor, arquitecto y pintor italiano, y uno de los más influyentes del Renacimiento italiano. Fue uno de los artistas más valorados del siglo XVI, no solo debido a la longitud de su carrera, setenta años aproximadamente, sino por su versatilidad y grandes dotes artísticas. Se le valora al mismo nivel, en algunos casos mayor, que los otros dos artistas más conocidos del Cinquecento: Rafael y Leonardo da Vinci. Su principal labor artística fue desarrollada en las ciudades de Roma y Florencia.
Una de las obras más famosas y más valoradas, no sólo en aquella época sino también en la actualidad, es su labor decorativa de la Capilla Sixtina. Miguel Ángel fue llamado a Roma a petición del papa Julio II, con el objetivo de que el artista decorara el techo de la Capilla Sixtina. Esta labor pictórica, realizada a principios del siglo XVI, se convirtió en una de las obras más reconocidas del artista italiano.
Entre las representaciones más significativas de estos frescos, se encuentran La creación de Adán o El Juicio Final. Pese a su inexperiencia realizando frescos, Miguel Ángel decoró la bóveda de la Capilla Sixtina elevado en andamios. Esto le causó muchas dificultades, no solo técnicas, ya que el fresco es una técnica que permite pocos errores, sino también el hecho de que, al pintar tumbado boca arriba, sufrió cegueras temporales por la caída de la pintura en los ojos.
Desnudos en la obra de Miguel Ángel
Una vez terminada su obra, existió una gran controversia. En la obra de El Juicio Final aparecían múltiples desnudos, principalmente juveniles, lo que causó que los sucesivos papas. Causaron especial polémica las figuras de Santa Catalina, que aparecía completamente desnuda, y San Blas, que está representado justo detrás de las nalgas de la santa. Estas dos figuras, entre otras, fueron retocadas y vestidas.
El Concilio de Trento de 1563 estableció que no podrían mostrarse imágenes profanas o deshonestas en las iglesias. Ante esta gran polémica, el papa Pío IV llevó a cabo el llamado “imbraghettamento”, es decir, ordenó que las figuras de los frescos de Miguel Ángel fueran cubiertas con paños y telas pintadas.
Uno de los encargados de llevar a cabo esta labor fue Daniele da Volterra, que cubrió varios de los personajes desnudos de la obra de Miguel Ángel. Posteriormente se llevaron a cabo intervenciones y correcciones más grandes, y hoy en día se conservan las pinturas tapadas, y no las originales.