Pierre Schoeller, director de El ejercicio del poder (2011) regresa siete años más tarde con Un pueblo y su rey (2018), presentada en la pasada edición del Festival de Venecia en la sección oficial (fuera de concurso).

El film está protagonizado por Gaspard Ulliel, Louis Garrel y Laurent Lafitte, y se desarrolla en 1789, cuando un pueblo entra en revolución. La historia entrecruza los destinos de mujeres y hombres del pueblo con los de figuras históricas. Su lugar de encuentro es la recién creada Asamblea Nacional. En el centro de la historia se desarrolla la suerte de un rey y el surgimiento de la república.

Por el argumento, vemos que estamos ante un largometraje histórico. Sin embargo, la historia se puede contar con mucho dinamismo y aportando ejemplos que ayuden al espectador a entender la historia. Por desgracia, en Un pueblo y su rey no ocurre nada de esto.

Sorprende la pesadez académica con la que Pierre Schoeller ha decidido enfrentarse a este periodo decisivo de la historia europea. La película parece estar más preocupada por reunir a grandes nombres del cine francés que por encontrar un nuevo ángulo de visión.

Los 121 minutos que dura Un pueblo y su rey son muy pesados, ya que ofrece una visión muy anticuada de la Revolución Francesa. No tiene la capacidad para funcionar más allá de su representación convencional de los incidentes principales. Otro de sus fallos es que no ofrece algo intenso o trágico, surgiendo la duda al espectador cuando sale de la sala de por qué existe este film.

Pese a su poca emoción, tiene algunas cosas positivas, como el cuidado en su producción y la pasión de las interpretaciones. Sin embargo, esto no es suficiente, lo que provoca que Un pueblo y su rey fracase.

 

Valoración: 2/5

Lo mejor: Sus interpretaciones

Lo peor: Es muy aburrida y carente de emoción