El francés Ludovic Bernard, quien debutó en 2017 con Misión País Vasco y El ascenso, ofrece ahora La clase de piano, una comedia dramática buen rollista que cuenta con Jules Benchetrit, Lambert Wilson y Kristin Scott Thomas en su reparto.

La película cuenta la historia de Mathieu Malinski, cuyo secreto es la música, un tema del que no se atreve a hablar con sus colegas. Cuando uno de los pequeños robos que lleva a cabo con sus amigos le hacen terminar en el calabozo, Pierre Geitner, director del Conservatorio Nacional Superior de Música y que le vio tocar en una estación, consigue sacarlo a cambio de servicios sociales. Pierre decide inscribir a Mathieu en el concurso nacional de piano al ver en él un gran potencial, por lo que el protagonista entra en un mundo nuevo cuyos códigos ignora.

La mayor parte de la trama del film se desarrolla en las modernas y elegantes salas del Conservatorio Nacional de París, un escenario con gran belleza y que hace que el espectador esté metido en todo momento en el clima musical y de elegancia que pretende acoger la película.

La clase de piano es, en su conjunto, muy predecible, aunque cuenta con momentos encantadores e inesperados. Uno de ellos es la relación que se establece entre Mathieu y la violonchelista y estudiante de conservatorio Anna, una chica de una familia acomodada de músicos que funciona como un contrapunto natural de Mathieu y sus antecedentes.

Es una comedia dramática que está muy bien organizada y orquestada pero que resulta demasiado convencional. No obstante, a lo largo de todo su metraje, ofrece algunos elementos interesantes antes de llegar a un final que es bastante previsible y que ya se puede deducir con solo leer su argumento.

 

Valoración: 2,5/5

Lo mejor: Es una película muy agradable de ver

Lo peor: La historia de superación y de cambio del protagonista está demasiado trillada en el cine