Eran las ocho de la tarde cuando se abrieron las puertas del céntrico Teatro Barceló de Malasaña. No más de 15 personas esperaban en la cola en ese momento, aun cuando faltaba una hora para el inicio del concierto. Dentro, una sala vacía y el escenario montado. Louis Armstrong sonaba de forma ininterrumpida por los altavoces. Cuando sólo restaba media hora para el comienzo del show, cincuenta personas aproximadas ocupaban la pista. La tragedia se mascaba. La duda de si Lichis y Rubén Pozo habían acertado eligiendo una sala tan grande para un proyecto tan joven como Mesa Para Dos, estaba en el aire.

Unos veinte minutos antes de las nueve de la noche, Lichis aparecía en el escenario entre los vítores de los pocos asistentes que ocupaban el recinto en ese momento. Lo hacía para presentar a Petiso, el telonero de la banda, un joven cantautor, que, solo con su guitarra, salió a calentar el ambiente defendiendo sus canciones lo mejor que pudo. La relación que les une es la de haber grabado su primer álbum en el estudio discográfico del ex-líder de La Cabra Mecánica: Felicidad Producciones.

Durante las seis canciones que Petiso interpretó, la sala comenzó a llenarse. Unos minutos antes del inicio del concierto, la audiencia superaba las doscientas personas. En ese aspecto, habían salvado los muebles. Pocos minutos pasaban de las nueve de la noche cuando Lichis y Rubén Pozo aparecían, puntuales, sobre el escenario. Uno, ataviado en un traje morado (sería definido más tarde por su compañero como "el hombre más elegante del rock en España"), y el otro, portando una chaqueta de lentejuelas de lo más setentera.

Habrá que Vivir, la canción que da nombre al último disco en solitario de Rubén Pozo, fue el tema que abrió la lata. Tras éste, sonó Mariposas, canción incluida también en el último trabajo de Lichis. Los temas de uno y otro se fueron alternando de uno en uno durante casi todo el concierto. Especialmente reseñables fueron la interpretación del tema de Rubén Pozo, Chatarrero, que éste defendió con mandolina en mano; o una de las últimas del show, Teloneros de Lujo, la canción de Lichis que siempre supone un chute de rock and roll en sus conciertos.

El espectáculo se cerró con las dos únicas canciones conocidas que hasta ahora deben su autoría a ambos artistas, y han nacido de este proyecto en común que lleva en marcha desde el verano de 2018: una ya la conocíamos, pues es el tema que da nombre a la gira, Mesa Para Dos, y fue interpretada en Late Motiv, el programa de Andreu Buenafuente, el mes pasado. La otra, es un tema inédito, y aún tendremos que esperar para escuchar su grabación. Para finalizar, se interpretaron dos canciones de Rubén Pozo, Te Invoco y T Rex, dos temas muy enérgicos procedentes de su último disco.

Mesa para Dos lleva desde septiembre rodando por toda España, y durará, al menos, hasta agosto. Además, ya ha sido confirmado por ambos artistas que hay un disco en camino. Lejos de vivir de las rentas de la gloria de sus anteriores bandas, Rubén Pozo y Lichis volvieron a demostrar que les queda fuelle para rato.