Cuando Tom Odell se subió al escenario de la Sala Riviera de Madrid vestido con su traje oscuro y se sentó al piano se hizo el silencio absoluto entre el público para escuchar los primeros acordes de la canción que da nombre a su último disco, publicado hace menos de un mes, “Jubilee Road”. La sala se llenó con su característica voz y el sonido de la música inundaba todos los rincones mientras los asistentes contenían la respiración para escuchar la melodía respaldada por el piano y las letras de Odell que deslumbraron a todas las personas que estaban mirándole. Sin un momento de descanso, tras terminar la primera canción enlazó con la segunda “I Know”, uno de los grandes éxitos de su primer disco, seguido de “Sparrow”, un tema de su segundo álbum que escribió durante una estancia en Los Ángeles mientras observaba a un gorrión posado en la ventana.
Cuando llegó el momento de la sexta canción paró el tiempo suficiente para contar una historia, no quiso llegar tan lejos como para decir que para escribir la canción se inspiró en Madrid, pero sí que al pensarlo de cerca hablaba de un bar, con paredes de piedra, mesas pegajosas por el vermut que se habría caído y el sonido de un piano de fondo, que podría perfectamente estar en Madrid. Y en cuanto dejó de hablar empezó a tocar la preciosa canción “Constellations”, tema con el que sorprendió a Madrid puesto que no estaba en los setlist de los conciertos anteriores de la gira y que dejó caer varias lágrimas entre muchos de los asistentes.
Los pocos momentos en los que Tom no estaba tocando el piano, cantaba sin parar un solo segundo por el escenario, acercándose al público e incluso saltando encima del piano y bailando al ritmo de la música. Lo cierto es que, para alguien con melodías tan tristes, su habilidad para interpretar el papel de estrella de rock era notable por momentos, incluso mientras tocaba el piano en muchas ocasiones se ponía de pie, tiraba el taburete al suelo y se motivaba con el ritmo de la música para cantar y tocar los acordes con una pasión desenfrenada.
Durante la canción “Hold Me”, cogió un micrófono con cable largo para bajarse al medio del público y seguir cantando mientras se movía entre los emocionados asistentes hasta llegar al otro lado de la Sala Riviera donde hay una barra de bar con unas palmeras, justo ahí decidió subirse encima de la barra. Y aguantó un buen rato mientras repetía con todos los presentes cantando con él: “Oh when you hold me, when you hold me in your arms”, parte de la letra final de la canción y aprovechaba para beberse una caña.
Cuando cambió para tocar “Son of an Only Child”, una canción de su nuevo disco que además nos contó que es el tema que más le gusta tocar en directo, deleitó al público con esas intensas voces por las que Odell es tan conocido, acompañando de unas luces intermitentes. Una actuación completamente enérgica seguida de un cambio de ritmo absoluto y de golpe para tocar una breve versión de “Para Elisa”, donde demostró su gran talento como pianista, seguido por el comienzo de “Imagine” de John Lennon, mostrando su perfecta habilidad para cambiar radicalmente en un segundo de alegre a melancólico con facilidad.
El momento en que sonaron los primeros acordes de “Another Love”, su canción más conocida, el público se emocionó aún más, para esta canción no hubo más acompañamiento musical que el piano, una interpretación sencilla para escuchar la potente voz de Tom.
Otro de los grandes momentos de la noche llegó con la melodía de su último single, “Half as Good as You”, en el que colabora con Alice Merton. Dio la impresión que este tema era uno de los favoritos del público porque cantaron la letra completa de la canción junto a Tom, e incluso el propio cantante se vio sorprendido por el momento en que le correspondería a Alice Merton cantar “You’ll miss me when I’m gone” y antes de que él pudiera decirlo la sala entera al unísono se le adelantó para cantarlo.
Por último, la canción con la que cerró el concierto y se despidió del público fue “Magnetised”, cuando terminó recibió un largo y muy merecido aplauso mientras decía adiós, o más bien podría haber dicho un “hasta la próxima”, porque es imposible que alguno de los asistentes estuviera decepcionado con el show y se perdiera su próxima aparición por tierras españolas.
La realidad es que Tom Odell tiene un directo que sorprende y enamora a todos aquellos que lo ven por primera vez. Hay ciertos artistas que tienen un algo especial que les hace capaces de cautivar a quienes le ven actuar con mucha sencillez y facilidad, y Tom es uno de ellos. En Madrid nos ha regalado una noche completamente mágica que transportó al público a un mundo creado por el propio Odell repleto de suaves melodías, un excelente espectáculo y un piano tocado de manera magistral. Y para todos aquellos que os lo hayáis perdido, estar atentos para la próxima vez que anuncie conciertos en Europa porque le encanta España y nos confirmó que le gustaría volver a tocar en Madrid el próximo año.
Setlist completo del concierto:
- Jubilee Road
- I Know
- Sparrow
- Supposed to Be
- Wrong Crowd
- Constellations
- Can’t Pretend
- Grow Old with Me
- Hold Me
- Son of an Only Child
- Piano Man / Imagine
- Entertainment
- Another Love
- Go Tell Her Now
- Concrete
- Half as Good as You
- Somehow
- Magnetised