Esta cinta es una secuela directa de la película de Carpenter eliminando la supuesta continuidad que todas las películas anteriores habían tenido. Lo anterior es algo muy importante porque volvemos a las raíces del personaje principal Michael Myers, nada fantástico esta pasando, es una simple historia sobre una persona trastornada que asesina gente sin razón aparente.

El director David Gordon Green intenta homenajear a la producción original con varios elementos visuales como escenas similares, objetos en el diseño de producción, e incluso una trama sencilla sin implicaciones sobrenaturales. El problema es que la atmósfera nunca logra concretarse.

John Carpenter es un maestro de la construcción de situaciones, aun cuando el guión es malo, él siempre pudo llevar al espectador a un estado de profunda inmersión de la trama y eso es precisamente el fallo existente en esta nueva aventura del asesino en serie por excelencia.

La cinta gira en torno al personaje de Jamie Lee Curtis (Laurie Strodes) que debe enfrentarse una vez más a Myers, su forma de vivir y las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida han marcado a su familia, 3 generaciones de mujeres que enfrentan la idea del Boogieman, distanciándolas unas de las otras pero preparándolas para lo que viene. Jamie Lee Curtis vuelve a interpretar el papel que le puso en el mapa de Hollywood, y lo hace muy al estilo Sarah Connor o Ellen Ripley, mujeres preparadas para enfrentar cualquier cosa ya sea un robot súper avanzado del futuro, una criatura alienígena o un psicópata asesino. En realidad es muy refrescante ver un papel femenino comprometido con el enfrentamiento y la venganza más que en la posición de víctima, huyendo y escondiéndose, estos son escasos y poco comunes, aquí podemos ser participes del poder que estas mujeres tiene de la situación volviéndola suya, creciendo y aprendiendo de ella.

No obstante lo anterior, la producción en general se siente incompleta, hay una exagerada parte en la trama que no debería estar ahí, situaciones cómicas que nada deberían hacer en una película de terror y en otros casos dramas de relaciones de parejas que se sienten forzadas en una narrativa que debió ser tan sencilla como la original de 1978.

El actor y comediante Danny McBride junto con el director Green escribieron el guión para la película, de inmediato se sienten las ganas de volver al género original pero su inexperiencia hacia este tipo de producciones les obliga a cometer errores que cualquier director de cine de terror habría visto desde el papel.

El film tiene lo suyo, algo que ofrecer a los amantes del género de horror y a los fans de la saga, incluso tiene algo para quién nunca ha visto una cinta de esta categoría, una innovadora versión híbrida de la nueva generación de cine de terror y el antiguo estilo Hard Core de los años 80's.

Valoración: 3/5

Lo mejor: Volvemos a las raíces del personaje y a la ambientación de Carpenter.

Lo peor: No se logra que el espectador se meta en la trama completamente.