Sobre las tres y media de la tarde se producía este sábado la embestida de una furgoneta en la terraza de un bar en Münster, al oeste de Alemania. Treinta personas han resultado heridas, seis de ellas en estado grave. El mismo conductor y otra víctima han muerto en el incidente.
Según la prensa local, el autor tenía 48 años y era de nacionalidad alemana. Vivía desde hace años en Münster y su casa se encuentra a menos de dos kilómetros del lugar del suceso. Tenía problemas psicológicos y era conocido por la policía por delitos menores. En numerosas ocasiones el conductor había amenazado con suicidarse de manera espectacular y llevándose por delante la vida de otras personas. La furgoneta con la que perpetró el atentado y donde finalmente se suicidó de un disparo estaba registrada a su nombre.
Se produjo un gran despliegue policial en la zona y se evacuó el centro histórico de la ciudad con la ayuda de la publicación de varios comunicados en las redes sociales. Se pidió desde un primer momento prudencia a la hora de especular sobre las posibles causas del atropello. El fatal incidente ha resucitado los temores en Alemania de que se tratara de un nuevo ataque terrorista. Las autoridades regionales descartaron sin embargo seis horas después que esa fuera la motivación del atentado. Herbert Raul, ministro de Interior de Renania del Norte-Westfalia, comunicó en una rueda de prensa improvisada que “nada indica” que hubiera una motivación terrorista. A pesar de eso, según informó la prensa local, la policía registró el domicilio del conductor en busca de explosivos.
La Canciller alemana, Angela Merkel, ha expresado en un comunicado sus condolencias a los afectados y asegura que “haremos todo lo posible para esclarecer lo ocurrido y para atender a las víctimas y a sus familiares”. Además, felicitó y agradeció a la policía su gran labor.