El nacionalismo vasco se remonta en los siglos XIV y XV, por aquel entonces la nacionalización consistía en mitificar una realidad cultural mediante la idealización de la historia, una historia basada en la oralidad. En el caso vasco, parten de los siguientes hechos: la batalla de Arrigorriaga, el levantamiento de don Jaun Zuria y destacan el cantabrismo y la primarización de la predicación del Evangelio.

Nacionalismo vasco: de la mitología a la acción política

Será la Revolución Francesa la cual influenciará mediante la introducción de nuevos conceptos como estado nación,ciudadanía y autodeterminación. Y será el nacionalista Sabino Arana quien creará el puente de diálogo, un discurso mediante el cual la mitificación pasará a ser una concepción ideológica propia, una base de acción, que en palabras de George Sorel se conoce como Mito de acción.

Pero Arana es influenciado por la doctrina imperialista del momento, por lo que comprende que los principales caracteres de la teoría nacional vasca son: la raza, comprendida como la pureza de la sangre y de los apellidos vascos, estudiados detalladamente, la lengua comprendida como el mantenimiento de una forma comunicativa única que no debe estar influenciada por otras lenguas, un gobierno y unas leyes que procuren al pueblo de capacidad organizativa de autodeterminación y un carácter propio y único vasco.

La teoría de Arana, será interpretada de manera que el nacionalismo será intransigente como el que propone el mismo Arana o moderado, como proponen Zitkitza, el cual cambia el orden de prioridad de los caracteres nacionales: raza, lengua, institución y territorio y Francisco de Ulacia, haciendo referencia a la autodeterminación histórica como idea de nacionalismo.

El PNV dará apoyo a los procesos de descolonización y de autodeterminación de Cuba, Filipinas y Marruecos, empatizando mediante la concreción de un mismo enemigo: la opresión de un estado que roba, se apropia o bien intenta deslegitimar e invisibilizar una cultura. Cabe destacar en este punto la diferencia entre la lucha nacionalista y la lucha anti colonialista, tienen un enemigo en común pero objetivos y estados de privilegio distintos.

La lucha nacionalista  tiene como objetivo el control de un territorio, la recuperación de una verdad histórica y el sello de una identidad, la cual no puede estar influenciada por factores externos, tiene un marcado carácter racista, como podremos observar en la actitud de no tolerar la inmigración; la cual según la Teoría Nacionalista puede desordenar el orden propio de la cultura y la actitud de superioridad occidental ante el posicionamiento de la intervención de la comunidad británica con los Boer, pues consideran que dicha intervención ayuda a la población de raza negra a su desarrollo.

La lucha anti colonialista conlleva en el proceso de colonización un grado más alto de violencia: la masacre, la violación permanente de los derechos humanos, de la dignidad humana de la etnia que ha estado colonizada y la estratégica táctica de aniquilar la cultura propia de ésta mediante una imposición cultural, legitimada por una teoría del desarrollo llamada civilización, jerarquizándola por encima de la cultura tribal considerada salvaje y no válida de la etnia colonizada. La lucha anti colonial es una lucha anti racista per se.

El PNV, siguiendo los principios aportados por Arana es clerical y no influye ni actúa en la política española, pero padece una escisión en el momento en el que el partido vota a favor de la Ley del Candado. Surge el partido anticlerical Patria y Libertad, aunque tiene poco recorrido. Posteriormente, en la misma línea nace Acción Nacionalista Vasca, que sí será una base de lo que posteriormente será ETA. Para entonces el nacionalismo catalán de Cambó es bien recibido y se produce así una primera apertura a la participación política española, un cambio en el paradigma nacionalista que viene de la aportación nacionalista moderada de Kizkitza.

La Posguerra viene marcada por la búsqueda de las raíces y la construcción en el exilio. Así pues, se divide en cuatro grandes etapas: (1939-1945) auge del nazismo en Europa y exilio, (1945-1947) reestructuración en el exilio, (1948-1952) guerra fría y cambio de actitud ante el gobierno y (1953-1960) nuevo patriotismo surgido del grupo EKIN. Centrándonos en esta última etapa, cabe destacar la influencia de la Doctrina Truman, que conlleva la exclusión de la teoría comunista. En la primera etapa, ETA no reconoce el comunismo ni el marxismo; será más tarde en el marco de la autodeterminación y de una necesaria adaptación histórica de la organización que permita engrosar sus filas.

En el marco del exilio, la editorial de Buenos Aires, EKIN, facilita material bibliográfico al grupo vasco EGI, el cual busca y reflexiona en torno la nacionalidad vasca. ETA nacerá definitivamente el primero de abril de 1959 con la escisión de los grupos EKIN y EGI.

Negociación y disolución de ETA

ETA ha pasado por distintos intentos de negociación de paz, de dejación de armas y de disolución, sea tanto por la vía pacífica como por la vía violenta. El último intento viene marcado por la implicación de la Comunidad Internacional. Una negociación que tuvo lugar entre 2016 y 2017 en la que participaron Hollande, ETA, observadores internacionales y los Artesanos de la Paz, los cuales fueron un grupo configurado por distintos representantes de colectivos civiles. Quedan por ver los frutos concretos que, a pesar de las discrepancias políticas y sociales, deberían cristalizar en la reconciliación.