Los orígenes de la música y los primeros tonos y sonidos con ritmo se remontan a la Prehistoria. Aunque el baloncesto se inventara en 1891, el ser humano y la música siempre han estado destinados a encontrarse.
¿De dónde viene el deporte de la pelota naranja?
El creador de uno de los deportes más importantes del planeta fue James Naismith. A diferencia de lo que muchos podrían pensar, el profesor de la Universidad de Springfield (Massachusetts, Estados Unidos) era canadiense.
Los inviernos en la zona norte de Estados Unidos eran muy duros y fríos, lo cual dificultaba la realización de actividades deportivas en el exterior. El astuto profesor fue elegido en 1891 para crear una actividad que se pudiera realizar bajo techo. Naismith analizó los ejercicios que se practicaban en la época y se dio cuenta que la fuerza y el contacto físico eran predominantes en todos ellos.
El canadiense pensó en crear una actividad que requiriese más destreza que fuerza, y recordó un juego de la infancia llamado duck on a rock (el pato sobre una roca). El juego se basaba en alcanzar un objeto colocado encima de una roca lanzándole una piedra. El profesor James Naismith pidió al encargado de la universidad unas cajas de 50 cm de diámetro.
No obstante, lo único que recibió fueron dos canastas de melocotones; las cogió y las depositó sobre las barandillas superiores que rodeaban el gimnasio a una determinada altura. Poco a poco la mágica creación se fue haciendo famosa hasta establecerse en Estados Unidos Y México primero, y en el resto del mundo después.
¿Pero qué relación tiene el baloncesto y su historia, con la música? Visto desde fuera probablemente la respuesta sería que ninguna. Pero dentro del maravilloso universo baloncestístico se respira cultura musical, en algunos casos más que en certámenes o conciertos de música. Escuchar y disfrutar de canciones y artistas es una cosa, pero vivir la letra y el sentimiento de una canción es algo que traspasa barreras.
Seguimiento musical alrededor del mundo
Los géneros musicales son tan variados como el carácter de las personas que componen una plantilla de baloncesto. En todos los países no se escucha lo mismo, ya que la tradición local pesa en numerosas ocasiones.
La playlist de Stephen Curry (jugador de los Golden State Warriors de Estados Unidos) probablemente no se parecerá en absoluto a las canciones que un jugador tan ibérico como Álex Mumbrú (RETAbet Bilbao Basket) escucha. Esta notable diferencia se puede apreciar también en las previas de los partidos.
Poco se parecen los temas que suenan en el Bilbao Arena de Miribilla semanalmente en los partidos de Liga Endesa, con los que retumban en el Madison Square Garden de Nueva York.
Al fin de cuentas, hay que tener en cuenta el perfil de cada lugar. En el pabellón bilbaíno no es raro que se escuchen las últimas novedades de reggaetón e incluso clásicos de Fito y Fitipaldis entre otros. Como cabe esperar, la influencia anglosajona conlleva la inclusión de singles de megaestrellas americanas en el repertorio, al fin y al cabo, el ritmo y la fama de las canciones hacen que la gente se alegre y se motive.
Ahora, es el momento de transportarnos al otro lado del charco; concretamente a la meca del baloncesto. El Madison Square Garden es el pabellón más famoso del mundo puesto que numerosos eventos deportivos, musicales y culturales han tenido lugar en la mencionada sede de Manhattan.
Para entender mejor el contexto baloncestístico, hay que pensar en un partido cualquiera de la NBA (la mejor liga de baloncesto del mundo). No hay que avanzar tanto para ver que la música está presente en todo momento.
Desde el momento en que los jugadores llegan en autocar o vehículos privados al recinto, la mayoría de ellos entran a las instalaciones con cascos de las últimas y mejores marcas. Pero lo que es más importante, llegan escuchando música.
La cuestión no queda ahí, ya que la música es algo que se vive y que crea sentimientos. No es ni mucho menos extraño ver como los baloncestistas tararean y cantan las canciones que están escuchando al llegar a la cancha e incluso calentando. Al hacer esto, el jugador crea un clima en su interior de concentración e inspiración; sensación que le hace entrar más “enchufado” y contento al partido para dar lo mejor de sí.
La revista Vanity Fair realizó un seguimiento especial en 2014 para conocer de primera mano los gustos musicales de las estrellas de la NBA. Como era de esperar, el rap y el hip-hop son los géneros más escuchados entre los profesionales. No obstante, no son los únicos.
La estrella de los Oklahoma City Thunder Carmelo Anthony admitió en su día ser fiel seguidor de Frank Sinatra. Su compañero de equipo Russell Westbrook, conocido por sus bailes y rituales previos a un partido, dijo que solía escuchar canciones de Katy Perry y Beyoncé. Por lo tanto, la música y la variedad están muy presentes en este deporte.
Jugadores, pero también cantantes
El avance de la tecnología junto con la pasión por enseñar cada aspecto de nuestras vidas, nos ha regalado momentos únicos de baloncestistas cantando y bailando. No es raro que estrellas de la talla de Lebron James (Cleveland Cavaliers) y Donovan Mitchell (Utah Jazz) suban stories de Instagram cantando con pasión los temas que más escuchan. Sin embargo, cabe mencionar que existe un cupo de jugadores que se dedica profesionalmente al baloncesto, pero también a la música.
Los ejemplos más claros de este grupo son dos baloncestistas americanos: Damian Lillard (Base de los Blazers de Portland) y el mediático Lonzo Ball (Base de Los Angeles Lakers). Lillard, o Dame D.O.L.L.A. (nombre artístico) sacó su primer álbum de estudio el pasado 6 de octubre, días antes de comenzar la temporada NBA. Su éxito se tradujo en una fantástica clasificación obtenida en la Lista de Artistas Emergentes de Billboard (puesto 32). Lo cual indica que no hay por qué tener una única pasión en la vida.
El ejemplo de Lonzo Ball no es menos sorprendente. El californiano de únicamente 20 años estrenó un álbum mixtape el pasado 15 de febrero con todos sus temas originales y con alguna colaboración. Su videoclip del single ZO2 tiene casi nueve millones de visualizaciones en Youtube. Además, Zo anunció que en verano realizaría su primer concierto de rap en Lituania, país en el que sus hermanos LianGelo y LaMelo juegan a baloncesto también.
La conexión entre el baloncesto y la música es total, y se transmite de generación en generación. Es cuestión de tiempo que ese lazo se extienda a otras modalidades deportivas e incluso no deportivas.