Seguramente si preguntan en cualquier país europeo por alguna ciudad española, además de Madrid y Barcelona, es fácil que se conozca Salamanca. No en vano es uno de los destinos turísticos de interior favoritos, la primera provincia de la Comunidad de Castilla y León en número de pernoctaciones en el año 2016 (españoles y extranjeros) y la tercera en número de visitantes (por debajo de Burgos y León, según el Boletín de Coyuntura Turística) en agosto de 2017, el mes de mayor ocupación turística del año en España.
Miguel de Unamuno: "Salamanca, Salamanca
renaciente maravilla
académica palanca
de mi visión de Castilla"
También es una ciudad universitaria de fama literaria: en La Celestina, de Fernando de Rojas (el Huerto de Calixto y Melibea, al pie de la antigua muralla, es visitable desde 1981) o en El Lazarillo de Tormes (el monumento al personaje se encuentra en el acceso al puente romano), pasean por sus calles; allí vivió sus primeros años Carmen Martín Gaite (1925-2000); en su casa de Salamanca falleció Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999); y es mencionada en sus obras por Cervantes (popularizó la llamada “cueva de Salamanca”, donde según se decía, el mismo diablo daba clases), Lope de Vega, Calderón de la Barca o Miguel de Unamuno, insigne rector de la Universidad de Salamanca, que cuenta con su propio museo en la que fuera su vivienda en la misma universidad.
La Salamanca universitaria
Pero sobre todo, es la ciudad de Fray Luis de León (1527-1591) y su vinculación con la universidad salmantina, donde aún existe el aula donde ofrecía sus clases y sus traducciones “impías” (de El Cantar de los Cantares, por ejemplo), por lo que acabó siendo expulsado de la Universidad y encarcelado en 1572. Es en esa clase donde, al volver tras cinco años de prisión en Valladolid, pronunció la ya famosa frase: “Como decíamos ayer...”.
Y como si volviésemos al ayer salmantino, empezamos este recorrido por su Universidad, creada en 1218, la más antigua de España en activo y la primera en Europa en recibir ese título (otorgado por el rey Alfonso X el Sabio en 1253). Hoy aún se conservan varios edificios de sus inicios que son considerados históricos: las Escuelas Mayores, las Escuelas Menores y el Hospital del Estudio (hoy Rectorado), los tres en el la llamada Plaza del Patio de Escuelas. El edificio de las Escuelas Mayores es el más conocido, y frente a su fachada se encuentra la estatua dedicada al insigne profesor Fray Luis de León.
Otra de las curiosidades de esta fachada es la rana que aparece encima de una calavera y que todo visitante debe tratar de encontrar por sí mismo para cumplir con una tradición que se ha hecho más que popular y que augura buena suerte a los estudiantes avispados que la divisen.
Miguel de Unamuno: "No es lo malo que vean la rana, sino que no vean más que la rana"
Toda la fachada de la catedral, de estilo plateresco y de principios del siglo XVI, merece una detenida observación. Allí encontraremos el medallón de los Reyes Católicos, así como los escudos de Castilla y el del Imperio (con un águila bicéfala) y, en el lado izquierdo, el medallón de Carlos V ataviado como un emperador romano (hay varios emperadores romanos retratados también: Sibila, Trajano, Escipión y Marco Aurelio). A la derecha, otro medallón representa a su madre, la Reina Juana I de Castilla.
Otro de los lugares universitarios más conocidos, es el Palacio Anaya, de estilo neoclásico, construido sobre las ruinas del Colegio Mayor San Bartolomé dañado tras el terremoto de Lisboa de 1755. Actualmente es la Facultad de Filología de la universidad.
Edificios Religiosos
Empezamos en el mismo Palacio Anaya, pues anejo a él se encuentra la que fuera antigua capilla del Colegio, la Iglesia de San Sebastián, de estilo barroco. Y justo enfrente, la Catedral Nueva (o Catedral de la Asunción), que es la sede de la diócesis de la ciudad. Fue construida entre los siglos XVI y XVIII en estilo renacentista-barroco (y gótico tardío), así que muy “nueva” no es, aunque la Catedral Vieja (o de Santa María) sí que es más “vieja”, ya que data del primer tercio del siglo XII (terminada en el siglo XIV, románica con trazas góticas).
En ella destaca el magnífico Retablo Mayor, con 53 imágenes y que se puede admirar en todo su esplendor con la visita por las alturas (interiores y exteriores) que ofrece la visita turística de la Catedral de Salamanca.
La Catedral Nueva es una de las más grandes y altas de España (su campanario alcanza los 93 metros de altura) y está declarada Monumento Nacional y Patrimonio Cultural de la Humanidad. También sufrió los efectos del terrible terremoto de Lisboa de 1755, visibles todavía en algunas grietas, pero el interior alberga un gran número de capillas interesantes (Capilla de San Bartolomé, Capilla Dorada, Capilla de la Virgen de la Cabeza, Capilla del Cristo de las Batallas…), como la Capilla de San Lorenzo, desde la que se accede a la Catedral Vieja, o el magnífico altar del Cristo de la Agonía Redentora (que cuenta con pelo natural) bajo el enorme crucero.
Uno de sus distintivos es la figura de un astronauta esculpido en el lateral izquierdo de la puerta de Ramos (en la fachada norte), por los escultores salmantinos que la rehabilitaron, Juan Iglesias y Miguel Romero, con motivo de la exposición Las Edades del Hombre en 1992. Otros elementos novedosos son: un toro, un lince fumando, un dragón comiendo un helado, un cangrejo, una liebre y una cigüeña. Los visitantes estamos todos invitados a descubrirlos.
Por último, no hay que olvidar La Clerecía, el antiguo edificio barroco del Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, construido a caballo entre los siglos XVII y XVIII. Tras la expulsión de los Jesuitas en 1767, el edificio pasa a ser propiedad de la Real Clerecía de San Marcos, de donde toma el nombre. Hoy es la sede de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Si tienen oportunidad no dejen de apreciar la iluminación nocturna de todos los edificios religiosos de Salamanca, merece la pena.
Casco Antiguo y Edificios Civiles
El casco antiguo de Salamanca es fácilmente reconocible por la cantidad de edificios históricos que alberga, prácticamente todos ellos construidos con la piedra roja característica de las canteras de Villamayor. Un recorrido básico puede comenzar en el Puente romano (siglo I, atribuido al emperador Trajano), tradicional punto de acceso a la ciudad como parte de la Vía de la Plata (muy cerquita se encuentra el área de pernocta para Autocaravanas de la Santísima Trinidad). En la entrada no hay que dejar de admirar el Verraco de Salamanca, de origen vetton, la figura escultórica más antigua de la ciudad y mencionada en El Lazarillo de Tormes. Puente y “verraco” aparecen en el escudo de Salamanca.
El punto final de este recorrido será la Plaza Mayor de Salamanca, pero antes nos podemos detener en varios edificios civiles:
A escasos seis minutos del puente nos encontramos la Casa Lis, un antiguo palacete urbano construido en 1905 como residencia del el industrial Miguel de Lis (1855-1909). En el exterior merece la pena admirar el murete de contención de la fachada sur, así como la escalinata de acceso y la galería metálica acristalada, ejemplo de arquitectura industrial para uso residencial. La fachada norte, en cambio, presenta un estilo modernista. Desde 1995, y tras un proceso de recuperación, es hoy el notabilísimo Museo Art Nouveau y Art Déco, con los fondos de la Fundación Manuel Ramos Andrade.
Muy cerquita, en el nº 2 de la misma calle Gibraltar donde se ubica el Museo anterior, está el Colegio de San Ambrosio, antiguo hospicio que fue reformado por Joaquín de Churriguera (1674-1724) a principios del siglo XVIII y que hoy es la sede del Centro Documental de la Memoria Histórica.
Siguiendo hacia la Plaza Mayor podemos detenernos en varias casas señoriales. Por ejemplo en la Casa de los Abarca, en la Calle Serranos, de estilo renacentista y que fuera residencia de Fernán Álvarez Abarca, médico de los Reyes Católicos. Hoy es sede del Museo Provincial de Salamanca. El clasicista Palacio Orellana (siglo XVI) se encuentra en la esquina de la Calle San Pablo con la Plaza de Colón. En la misma calle San Pablo se encuentra el Palacio de la Salina, también del siglo XVI, pero de estilo plateresco. Fue construido como sede del estanco de la sal, función que desempeñó hasta 1870. Desde 1884 es sede de la Diputación Provincial de Salamanca.
Frente a la ya conocida Clerecía se encuentra la muy llamativa Casa de las Conchas, un antiguo palacio de estilo gótico con elementos platerescos y mudéjares, construido a caballo entre los siglos XV y XVI. En el interior, son importantes la escalera y el patio artesonado. En el exterior, destaca el blasón de los Maldonado sobre la puerta de entrada, así como sus cuatro ventanas góticas, todas diferentes entre sí. El adorno de las conchas en la fachada es motivo de varias leyendas, una de las cuales dice que debajo de una de ellas se esconde el tesoro de los Maldonado. Completamente restaurada, es desde 1993 una Biblioteca Pública.
Solo nos restaría visitar el Palacio Monterrey, máximo exponente español del estilo plateresco. Al igual que otros edificios de los que hemos hablado, es obra del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón (1500-1577). Hoy pertenece a la Casa de Alba y su visita es gratuita, pero hay que solicitar fecha previamente.
Llegamos así en nuestro caminar salmantino a la impresionante Plaza Mayor de Salamanca, una de las más grandes y bellas de España. De estilo barroco dieciochesco, fue diseñada por el arquitecto Alberto Churriguera (1676-1750), de la misma familia que el ya mencionado Joaquín, quien figura en uno de los medallones que jalonan toda la plaza.
Rodeada de cafés, es destacable el Café Novelty, el más antiguo de Salamanca, y donde se encuentra una estatua a tamaño natural de Gonzalo Torrente Ballester, obra del escultor extremeño y amigo personal del escritor, Fernando Mayoral.
Aunque parece un cuadrado perfecto, la plaza es irregular y ninguna de sus fachadas mide exactamente lo mismo. Pero eso importa poco cuando uno se sienta a disfrutar de la maravillosa y armónica proporción del conjunto y la bulliciosa vida que se respira en todo su entorno, como colofón de una preciosa visita a Salamanca.