*El uso de la x en la terminación de las palabras hace referencia al lenguaje inclusivo no sexista.

Negrx, no binarix, migrantx. El dolor y la rabia que retroalimentan la lucha sellada en su cuerpo le dan el ímpetu y la fuerza de transmitir resistencia en palabras, en movilización, en la vida.

Es sociólogx por la Universidad Central de Venezuela, tiene un máster en sociología de las ciencias en el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas) y un segundo máster en estudios críticos en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

"No  soy gay, no soy ricx, no soy clase media, no soy blancx ni rubix [...] si lo queer es una categoría apropiada desde la blanquitud académica derivada a una moda, pues tampoco lo soy. Soy intensamente negrx". Yos Erchxs Piña. No existe sexo sin racialización

Pregunta. ¿ Yos, cuándo empieza con el activismo?

Respuesta. Unx comienza en el activismo cuando las opresiones le atraviesan el cuerpx y  desde pequeñx siempre me han atravesado. Creo que algo que que he aprendido desde corta edad es a no quedarme calladx ante las injusticia, y también a buscar a la gente que vive esas injusticias igual que unx.

P. Usted es negrx, no binarix, migrantx, un conjunto de motivos que llevan a la resistencia en el día a día. ¿Cómo vive la resistencia?

R. Claro. Mis motivos son todos. La vida misma. Salir a la calle y recibir la violencia racista, lesbotransfóbica del cotidiano en el colegio. O decidir desplazarte de un territorio a otro y recibir la violencia estructural por ser “un cuerpo extranjerizable” y recibir el peso estructural de la supremacía blanca sobre los cuerpos. Creo que son razones suficientes para movilizarnos, para juntarnos colectivamente. Estas opresiones no recaen sobre todxs los cuerpxs, las personas blancas, no extranjeras, no racializable viven con el privilegio de no llevar encima el peso de estas opresiones, por eso somo nosotras quienes debemos movilizarnos.

P. ¿Cómo empezó movilizarse?

R. Cuando entré a la universidad comencé a formar parte de movimientos estudiantiles pequeños y luego vinculándome con grupos de feministas de disidencias sexuales. Participaba en movilizaciones y simultáneamente en procesos de pedagogía radical, alternativa, fuera de los espacios institucionales. Formé parte de un colectivo que se llama Red de la Calle y allí nos vinculamos artistas, activistas, académicxs para realizar trabajo en sectores populares en Caracas, allí trabajamos educación popular con enfoque antirracista, promovimos la lectura y el interés por las ciencias, también trabajamos temas vinculados al género.

P. Usted hace mención a la colonialidad con el siguiente párrafo del libro No existe sexo sin racialización: “Me vienen en la mente las crónicas de las indias coloniales y como los cis-hetero-euro-blancos narraban lo exótico y erótico de aquellas tierras [...] Siempre lxs no blancxs hemos sido lo animalizable". Hábleme de ello.

R. Mi propio cuerpx es un texto y es leído de muchas formas. Creo que utilizo mucho el cuerpx como pedagogía. Entendiendo los tejidos y opresiones que lo conforma: sexo, género, raza, clase, experiencia migratoria, entre otros tejidos. Recuerdo a unas autoras negras que me gustan mucho y que me hicieron entender todas estas encrucijadas en mi cuerpx y en los espacios de activismo y militancia: Angela Davis, Audre Lorde, Bell Hooks y Gloria Anzaldúa. Forman parte de los referentes indirectos, que llegaban a través de amigas feministas, no blancas y activistas de grupos de disidencias sexuales sudamericanas.

Asimismo, no hay un afuera de la colonialidad. Ese proceso nos bestializó y le otorgó la condición de humano solo a personas blancas. Es un proceso bastante perverso que continúa hasta hoy, y comenzó con esa separación "naturaleza cultura". Siempre estamos luchando con eso, incluso con la blanquitud internalizada, y el proceso de sanación siento que debe ser entre todxs. sin duda es un proceso doloroso.

Intento relacionar activismo-investigación y pedagogías críticas. Llevo mucho tiempo trabajando desde la educación popular con grupos racializados y migrantes. En Barcelona, Buenos Aires, y ahora en Madrid. Creando estrategias pedagógicas para escribir, narrar, registrar una historia anticolonial. Una pedagogía que resalte narrativas ocultas o borradas por la supremacía blanca. Intento que las técnicas de co-aprendizaje sean a través del juego, de dinámicas corporales, etc.

P. El 12 de noviembre las calles de Madrid se llenaron de personas racializadas para manifestarse en contra del racismo. ¿En qué contexto piensa usted que nos encontramos?

R. El 12N fue una gran movilización que convocó a comunidades racializadas para denunciar toda la estructura racista del Estado español que nos persigue, criminaliza y nos encierra. Fue un grito colectivo en contra de la supremacía blanca española. No es nada nuevo, ya desde varios años colectivos migrantes y organizaciones han denunciado todas estas estructuras racistas y ya muchos cuerpos han sido asesinado por el racismo español. Lucrecia Pérez es una de ellas. Las vidas perdidas en la masacre del Tarajal también. Salimos a las calles para decir que no olvidamos y que queremos la derogación de la ley de extranjería y también exigimos reparación. Fue emocionante, juntarnos “las negrxs y las racializadas que la supremacía blanca no exterminó”. Fue hermoso escuchar los manifiestos escritos con dolor y desde la furia por los distintos colectivos racializados que participamos.

Hoy día, el nacionalismo español está en efervescencia. El nacionalismo catalán también. Las políticas racistas y de control de nuestrxs cuerpos se agudizan más. Europa-fortaleza es una mega estructura securitaria y afila sus cuchillas, las de las fronteras y las fronteras administrativas de sus leyes. El sistema industrial de prisiones se sigue solidificando. Hace poco Rajoy se reunió con Trump, y esa reunión entre la supremacía blanca marca la pauta. Pero también nosotrxs nos estamos organizando. Estamos reactivando nuestra larga memoria. Eso implica no olvidar a nuestrxs muertxs, a quienes asesinó las leyes racistas de europa. Y siento que que hay mucho dolor y creo que eso nos ha unido, también la alegría que estamos vivxs.

Manifestacion del dia 12 de noviembre de 2017. | Imagen: Google.com

P. Para terminar. Hábleme del libro No existe sexo sin racialización.

Cartel de presentación del libro No existe sexo sin racialización. | Imagen: Portada del libro

R. No existe sexo sin racialización es un texto que congrega a cuerpxs disidentes sexuales y cuerpxs migrantes, racializadxs. En ese texto; Leticia Rojas Miranda, Francisco Godoy Vega, Kenza Benzidan, Lucia Egaña Rojas y yo, junto con el prólogo de Yuderkis Espinosa Miñosa partimos de la intersección entre los cuerpos racializados y la ero-exotización. Hacemos una crítica a la supremacía blanca, en tanto constructora de un deseo hegemónico que recae sobre los sujetos universales: blancos, heterosexuales, o subjetividades LGBTIQ con el plus de la deseabilidad blanca. Ese texto coloca a la blanquitud en el centro de discusión e intenta agrietar su narrativa violenta y universalizante. Particularmente yo escribí un texto criticando el movimiento queer blancos como estrategia neocolonial de estandarización de las disidencias sexuales y genéricas encarnadas en cuerpxs no blancos.

La presentación la realizamos en la sala TIC TAC, que es un colectivo antirracista y transfeminista de Barcelona, que se han organizando para abrir espacio al debate crítico a temas relacionados con las disidencias sexuales, racismo, migración, feminismo, Llevan activando desde este año aunque cada unx de ellxs llevan largo tiempo en las luchas trans feministas y antirracistas.