Las elecciones generales celebradas ayer en Austria provocan un giro a la derecha del gobierno nacional. Sebastian Kurz, líder del Partido Popular (ÖVP), confirma los resultados de las encuestas y consigue el papel de favorito en el 70% del escrutinio analizado. La segunda posición es para el Partido Socialdemócrata, presidido por Christian Kern, el actual canciller federal, con un 27% de los votos. En un tercer lugar ha quedado el ultraderechista Heinz-Christian Strache, que encabeza el FPÖ con el apoyo del 25´9% de los electores.
El resultado apunta que la derecha podría ser concluyente para formar gobierno. Los analistas apuestan por una coalición de derechas, formada por el conservador ÖVP y el euroescéptico FPÖ. La dura campaña contra la inmigración de Kurz consigue casi 7'6 puntos porcentuales más, mientras que Kern, con una campaña menos extremista, subió solo 0'2. Por otro lado, Heinz-Christian Strache asciende 5'4 puntos porcentuales con una campaña electoral marcada fuertemente por la crisis migratoria europea.
Los tres partidos minoritarios no cuentan con el 4% de los votos necesarios para entrar como fuerza política en el Parlamento de Viena. La posición de los NEOS no varía y se mantienen con el 5'1% de los votos. Los Verdes ecologistas descienden 8'6 puntos porcentuales consiguiendo que un 3'8 de los austriacos mayores de 16 años que participaron en las elecciones les diesen el voto.
Aún queda por realizar el recuento de 890.000 votos por correo (casi el 15% del total), que tendrá lugar durante el día de hoy y puede ser decisivo para determinar la segunda y tercera posición. Strache ha asegurado que hablará con todas las fuerzas políticas y que todas las opciones serán tenidas en cuenta. Analistas y expertos no descartan que esta situación finalice con una reedición de la coalición entre conservadores (ÖVP) y socialdemócratas (SPÖ).