Quienes pensaban que la izquierda en Francia no tenía opciones de llegar a la Presidencia se equivocaban. Aunque hasta hace unas semanas nadie parecía contar con alguien no fuera Macron, Fillon o Le Pen para la elección de forma seria, Mélenchon ha ido ganando espacio y parece ser el cuarto en discordia.

Proveniente del ala más izquierdista del Partido Socialista, dejó el mismo hace casi una década tras estar dentro más de tres. Ahora, mientras el PS se sume en la debacle tras grandes luchas internas y la impopular presidencia de Hollande, la opción más a la izquierda es la que cobra más fuerza.

De profesor a político

Mélenchon nació en una entonces internacional Tánger en 1951. Hijo de dos franceses nacidos en Francia y de origen español, pasó su infancia en la ciudad del estrecho de Gibraltar. Tras el divorcio de sus padres, se estableció en la Francia metropolitana, primero en Normandía y después en el Franco Condado. Se licenció en Filosofía en Besançon y después llegó a ejercer como profesor. 

Tras afiliarse al Partido Socialista en los 70, consiguió su primer cargo público en 1983 como consejero municipal en Massy, en las cercanías de París. La mayor parte de su carrera ha estado relacionada con esta localidad, ya que ha ocupado diversos cargos tanto a nivel local como departamental. Además, fue Senador por el departamento de Essone, al que pertenece Massy. En la última década, su actividad política se ha concentrado en el Parlamento Europeo, del que es miembro desde 2009, ya fuera de la disciplina del PS.

Salió del partido hace ya casi una década para fundar su propio proyecto con otros diputados disidentes de la formación: el Partido de Izquierda. Con este se presentó a las últimas elecciones presidenciales en 2012, en las que terminó cuarto con casi cuatro millones de votos y un 11%. Ahora, preside la coalición Izquierda Insumisa, creada en 2016 y de la que el Partido de Izquierda es parte de la coalición junto a otros como el Partido Comunista.

El extremo contrario a Le Pen

Si Le Pen es la candidata con posibilidades reales anclada más a la derecha, Mélenchon se encuentra en el lado contrario del espectro. No obstante, pese a las diferencias, ambos tienen algunas similitudes en su programa. Ambos tienen una visión recelosa de la Unión Europea y estarían dispuestos a dejar la OTAN. Mélenchon defiende la renegociación de los tratados europeos para lograr recuperar una mayor libertad de Francia. En asuntos más económicos, los dos están de acuerdo en la bajada de la edad de jubilación a los 60 años, así como la necesidad de una mayor intervención estatal. Ello implicaría también un mayor proteccionismo.

En cuanto a la economía, quiere aumentar la inversión pública estatal (hasta 500.000 millones para mejorar los servicios públicos y reindustrializar el país), reajustar la jornada laboral a 32 horas semanales o realizar lo que ha denominado "una revolución fiscal". Mélenchon buscará subir la recaudación de los impuestos, aunque ha asegurado que nadie con una renta inferior a los 4.000 euros mensuales pagará más. Por tanto, esta mayor carga fiscal correrá a cargo de los más ricos.

Pero uno de los cambios más relevantes que propone Mélenchon es el fin de la V República Francesa. Propone una instauración de un nuevo régimen republicano con el que pretende una mayor participación ciudadana y la construcción de una Francia donde las injusticias sean mucho menores.

Subiendo en las encuestas

Mélenchon, hasta hace unas semanas, estaba incluso colocado en quinta posición en las encuestas. No eran pocos los sondeos que colocaban al veterano político de izquierdas incluso por detrás de Hamon, candidato del PS. Ambos se encontraban muy lejos de los otros tres candidatos, sin opciones aparentes de concursar ni siquiera en la segunda vuelta de las primarias. Muchas voces insinuaron que la única posibilidad de tener una opción a la Presidencia era la fusión de las candidaturas. No fue así pese a llegar a haberse reunido.

Sin embargo, desde hace un mes, todo parece haber cambiado. De la misma forma que Hamon ha perdido gran parte de sus opciones, Mélechon se ha tornado en un gran favorito. Aunque Le Pen y Macron parecen consolidados, Meléchon ha ganado muchos enteros. Si la tendencia del mes previo a las elecciones se confirma, no será tan grande la sorpresa de encontrar a este político de izquierdas en la segunda vuelta.