"El Fundador" intenta romper los esquemas de los biopics tradicionales y eso le honra. No quiere tratar a Ray Kroc su protagonista como un ser amable y heroico, sino que quiere contar con toda objetividad la historia de un mentiroso que se apropió de una idea que no era la suya.
Realmente, el film no aporta nada nuevo. La historia es simple, convencional y previsible, pero su encanto radica en la sencillez y en no contar con pretensiones. Escenifica a la perfección la batalla de un par de hermanos y de un hombre cuya única aspiración en la vida es lograr el mayor éxito posible sea como sea.
"El Fundador" no se entendería sin la perfecta actuación de Michael Keaton, su protagonista, entregado a la causa con muchos cambios de registro e interpretando a dos personajes, simulando dos estilos distintos de vida: por un lado, un ciudadano rechazado y sin éxito en un principio y, por otro, un triunfador que ha logrado alcanzar ese Sueño Americano tan ansiado por muchos.
Pese a su correcta ejecución, se echa de menos que el largometraje no sea más ambicioso y que no cuente con un tratamiento más profundo. En vez de llevar la historia a la sátira más profunda y a una crítica social sobre la avaricia y la traición, John Lee Hancock queda a medio camino y no genera ese posicionamiento ético que se debería sobre la deshumanización de las personas con tal de conseguir éxito y riquezas.
"El Fundador" es una cinta entretenida e ideal para conocer más a fondo lo que se esconde detrás de la frecuentada cadena de restaurantes de comida rápida, pero no le saca todo su provecho y no logra ser más que un telefilme digno de un fin de semana por la tarde.
Valoración: 3/5
Lo mejor: La actuación de Michael Keaton. Él es el centro de la película.
Lo peor: Le falta gancho y se nota que su director no tiene ganas de generar polémica.