Zhang Yimou es considerado de los mejores directores de china y cuenta con un prestigio exquisito. Muchos de sus filmes, como “La linterna roja” (1991) y “Hero” (2002) han sido nominado al Oscar como mejor película extranjera. “La Gran Muralla” se aleja de sus trabajos anteriores y busca ampliar fronteras, aunque presenta muchas irregularidades.
La cinta protagonizada por Matt Damon quiere llegar al mayor público posible y, por ello, se aleja del sello de autor que caracteriza a Yimou. Hay directores como Denis Villeneuve que logran pasarse del cine independiente a uno más mayoritario sin que por ello pierda calidad el producto.
“La Gran Muralla” está concebida para ser un blockbuster, pero nada más. El largometraje es un batiburrillo sin sentido, con una mezcla entre antiguo y futurista como excusa para atiborrar al espectador de efectos especiales poco conseguidos y que solo hacen demostrar que no tenían para mucho presupuesto.
Si eres un asiduo al cine de este director, no busques esta vez historias complejas ni reflexión alguna. La cinta protagonizada por Matt Damon ha nacido para ser un espectáculo audiovisual ideal para acompañar con unas palomitas, pero sus personajes son cartón-piedra. No hay emoción ni sentimientos, no se puede empatizar con los protagonistas. Solo hay luchas, y su narrativa llega a ser bastante tediosa.
Ni siquiera un actor tan completo como Matt Damon logra salvar este barco, con una composición muy poco elaborada de este personaje. Si al espectador que va a verla le gusta el cine racional puede pasarlo bastante mal, puesto que su lógica es prácticamente inexistente. “La Gran Muralla” no es, para nada, de las peores películas que han llegado a la cartelera en los últimos meses, pero sí es de las mayores decepciones. Sin duda, es un espectáculo palomitero digno para un día de lluvia, pero pobre en su género.
Valoración: 2/5
Lo mejor: Escenas impecables de lucha
Lo peor: Es aburrida y carece de lógica.