La gala más importante del circuito hollywoodense está a la vuelta de la esquina y es momento de hacer balance de un año excepcional en lo cinematográfico. Este ha sido un año presidido por blockbusters de todo tipo y condición, superhéroes y remakes excesivos; pero también ha habido hueco para cine de calidad y algo más independiente, aunque éste no tenga cabida en las taquillas
10. Manchester by the sea (Kenneth Lonergan)
La película de Kenneth Lonergan ha conseguido todo tipo de piropos en la crítica internacional y ha conseguido colarse entre las nominadas a los premios este año. La interpretación de Casset Affleck se lleva todos los méritos en esta película fría sobre el dolor más inmenso que se puede sentir. Un tornasol de penumbra que agobia al hombre blanco estadounidense que todos llevamos dentro.
9. Silencio (Martin Scorsese)
La historia de dos jesuitas que viajan a Japón en busca de un tercero que parece haber renegado de su fe sirve a Scorsese para crear un filme épico que reflexiona sobre la metafísica de la fe. En sus casi tres horas de duración el director explora los más oscuros caminos de la religión, del catolicismo y de la propia alma humana. Silencio es una profunda reflexión sobre las bondades de la religión y la adaptación de la misma en un medio hostil. El director de Uno de los nuestros ofrece un mensaje certero: el sueño de dos locos no puede prosperar en un país asentado con sus propias formas de espiritualidad, por mucho empeño que se le ponga. Un mensaje silencioso, contrarreformista y trentino que no ha interesado a una Academia a la que no le atrae reflexionar sobre la fe.
8. Todos queremos algo (Richard Linklater)
Esta autoparodia del cine estadounidense de instituto, animadora y chico que juega al béisbol ha sido completamente ignorada por la Academia. Sin embargo es de recibo incluir a la cinta de Linklater en lo mejor del año. Su espíritu juvenil, su desparpajo y sobre todo su aire de añoranza la convierten en una propuesta dulcificante de la realidad común. Una bella mirada al pasado para los que ya dejaron atrás el instituto y se hicieron demasiado aburridos para jugar al béisbol. Richard Linklater que en el pasado triunfase con Boyhood ha sido ahora totalmente olvidado por una Academia que parece preferir ambientes más bailongos.
7. Certain women (Kelly Richardt)
Kelly Rochardt es una de las directoras más brillantes del cine independiente norteamericano pero sí además se le suma un espectacular elenco de actrices como Michelle Williams, Kristen Stewart o Laura Dern tenemos un peliculón entre manos y este es el caso de Certain Women . La cinta es una mirada a la cotidianidad de la vida de tres mujeres que viven en un mundo vacío y frío. No se encontrará aquí la quintaesencia del sueño americano, todo lo contrario, verá fracaso, y fracaso de una sociedad que no entiende el talento sino es blanco, hombre y heterosexual. Quizás la gerontocracia del cine aún no está preparada para hacer unos Oscar "#sowomen".
6. Kubo y las dos cuerdas mágicas (Travis Knight)
No podía ser de otra manera, la productora Laika tenía que estar presente en esta lista de lo mejor. Y es que Kubo arrebató la sonrisa a medio mundo con su dulce historia de aventuras. Con un comienzo de cinta descorazonadamente bello la historia se eleva a medida de que pasan los minutos. Con unos efectos visuales bellísimos, Kubo es una historia de samuráis tierna que hará sonreír al más exquisito. La finura minuciosa de Laika merecen estar en lo mejor del año en el país yanki. Kubo compite este año en la candidatura de mejor película de animación con otros pesos pesados como son Zootrópolis o Moana.
5. Comancheria (David Mackenzie)
El "neowestern" de David Mackenzie cuenta la cara B del sur, un sur violento, sucio, lleno de paro, de pobreza y por supuesto de Jeff Bridges. El western acostumbraba a filmar a inmaculados vaqueros de Luisiana, pero cuando las vacas se fueron quedó el petróleo y sobre todo la marginalidad de un sur que va a otra velocidad. Alcohol, asesinatos y un par de polis a punto de retirarse es lo que nos promete Comancheria. Una obra valiosa que está nominada al gran premio y en la que Ben Foster realiza una interpretación brutal.
4. Captain Fantastic (Matt Ross)
Matt Ross nos ofrece una historia de familia, pero de una familia un poco particular en la que el más pequeño de la casa no se enfada si su padre no viene al partido de fútbol, se enfada si no le lee a Chomsky por las noches. Una película que reflexiona sobre la educación familiar y cómo el sistema crea personas sin juicio ni actitud crítica. Viggo Mortenssen da vida a Ben, padre y educador de seis hijos que viven en pleno bosque.
3. Hasta el último hombre (Mel Gibson)
La nueva película de Mel Gibson es un poderoso trozo de cine bélico. Fuego, sangre y fe rodada con la pasión de un director que se pasa de la raya y se pasa de la manera más brillante que puede uno pasarse. Andrew Gardfield encarna al primer soldado de EEUU que siendo objetor de conciencia ganó una medalla al mérito militar en aquel país. Gibson no hace aquí una reflexión sobre la guerra, sus blancos y sus negros, lo que hace es elevar el espíritu de un individuo del resto. El bueno de Mel infunde a Gardfield de un halo casi mágico que le ha valido la nominación al Oscar.
2. Moonlight (Barry Jenkins)
La historia generacional de Chiron puede hacerse esta noche con el galardón máximo del cine americano. Una historia necesaria y valiente que el director Barry Jenkins cuenta con maestría. Un joven afroamericano que vive en los suburbios de Miami tiene que crecer en un mundo demasiado hostil y demasiado homófobo. La represión de su propio ser hiere a la cámara con la vergüenza de la cara B del ideal americano. Una película que además cuenta con el imperial Mahershala Ali como maestro de vida en un lugar donde la existencia no es fácil. Puede dar la sorpresa en una noche en que todo parece que bailará al son de La La Land.
1. Paterson (Jim Jarmusch)
La película de Jim Jarmusch es capaz de crear belleza con Una caja de cerillas, un amigo contando problemas, una avería de autobús o una guitarra negra. La historia de Paterson, un conductor de autobús poeta que vive en Paterson, New Jersey ofrece un torrente de sencillez fílmica que engrandece al perdedor y lo humaniza. Una cinta que rima con sus tomas largas en las que Adam Driver solo conduce, saca a su perro y vuelve a poner el despertador para que comience de nuevo una jornada de trabajo. Quizás la normalidad de la vida cotidiana sea demasiado para la Academia, quizás el angustioso realismo era demasiado para Hollywood, la ciudad de las estrellas.