Procedentes del mundo de la televisión, la interpretación o el teatro, cuatro son los candidatos que se dan cita en los Goya 2017 para hacerse con el premio a Mejor Dirección Novel de la presente edición.

Han firmado producciones de gran factura, que en todos los casos no tienen nada que envidiar a otras de directores con más trayectoria a sus espaldas. El talento queda de manifiesto en los cuatro puntos de vista tan distintos, pero cualitativamente hablando tan iguales, de los nominados por el inmenso trabajo en sus óperas primas.

Salvador Calvo

Tras trabajar en televisión, Salvador Calvo ha dado un salto a la gran pantalla de muchos quilates. El director ha sabido transmitir un acontecimiento histórico con gran destreza y soltura. La fotografía del filme, así como la sintonía del extenso reparto han sido algunos de los elementos más destacados de 1898: Los últimos de Filipinas.

Sin duda, su debut en las salas narrando los acontecimientos sucedidos en el Sitio de Baler le servirán como mínimo a este director para tener nuevas oportunidades de alto nivel en la dirección cinematográfica. Un cineasta que acostumbrado a trabajar en la elaboración de series y miniseries para la pequeña pantalla, ahora ha demostrado su potencial con una cinta cercana al concepto de superproducción.

Crítica de 1898: Los últimos de Filipinas

Marc Crehuet

Nominado por El rey tuerto, el director catalán arrasó anteriormente en teatro con la obra homónima en la que está basada la película protagonizada por Miki Esparbé y Alain Hernández.

Marc partió con la ventaja de rodar una historia con la que ya estaba en sintonía tanto él como el reparto que la ha encarnado, puesto que es el mismo equipo que se encargó de llevar a cabo la obra teatral durante meses el que ha formado la película. Arrasó ante la crítica en el pasado Festival de Málaga y ahora llega a los Goya con la espina de no haber conseguido también la nominación actoral para Alain Hernández.

Crítica de El rey tuerto

Nely Reguera

La directora formada en la ESCAC ahonda con su primera película, María y los demás, en el lado oscuro y tenue que todas las personas tienen en su interior. Un personaje principal interpretado por Bárbara Lennie con el que mucha gente puede sentirse más que identificado.

Reguera hace su primera parada en el cine español con una buena dosis de criterio cinematográfico y una narrativa que tiene mucho que decir y seguirá hablando en próximas producciones.

Raúl Arévalo

Al igual que ya ocurrió recientemente con otros actores como Daniel Guzmán, que dieron el paso del mundo interpretativo a la dirección, ha llegado Raúl Arévalo para sorprender a todos los presentes con la claridad de sus ideas para dirigir un proyecto cinéfilo. 

En Tarde para la ira, el madrileño demuestra todo su potencial y todo hace indicar que puede arrasar en las categorías en las que está nominado como ya sucedió en los Premios Feroz.

Crítica de Tarde para la ira