Las largas uñas del conde Orlok cambiaron para siempre la concepción del terror en el cine. A la altura de los años 20 el cine alemán fantaseaba con una realidad gótica, oscura y lúgubre que encandilaba al mundo. Uno de los creadores de esa realidad es F. W Murnau, para muchos uno de los mejores directores de la historia del cine. Por ello la historia del vampiro más famoso de la historia ha sido contada infinidad de veces por los más diversos directores: Terence Fisher, Coppola o Werner Herzog. Ahora el reto le llega a uno de los directores de terror más apreciados en la actualidad.

Robert Eggers, el director de la sorprendente La bruja, ha confirmado en una entrevista concedida a Indiewire que finalmente hará su remake del clásico de 1992, Nosferatu. Dice el director que desde siempre le ha obsesionado la figura de Max Schreck caracterizado como Graf Orlok.

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Este nuevo proyecto puede servir al joven director para afianzarse como las figuras claves del nuevo terror de esta década. El ganador del premio al mejor director en el Festival de Sundance tiene por delante un reto mayúsculo. Nosfertu fue concebida como la primera adaptación al clásico de Bran Stoker pero la polémica fue enorme ya que Murnau cambió el nombre de la cinta para no tener que pagar derechos de autor. La viuda de Stoker logró que se reconociese la autoría, y obtuvo una orden judicial para destruir los negativos y todas las copias de la película. Las copias distribuidas en el resto del mundo impidieron su total desaparición.