No es ni la primera ni la última vez que un libro que ha sido éxito de ventas se lleve a la gran pantalla. En algunas ocasiones, el largometraje supera al papel pero, en la mayoría de ocasiones, la película es peor que el libro en el que se basa.
“La chica del tren” es una historia de suspense, de venganza, de traición y de amor. El principal problema de esta versión es que no consigue transmitir ninguna de las sensaciones que el libro produce. Es un film plano y aburrido, que no conecta con el espectador.
Su principal fallo es que no presenta a los personajes, por lo que es imposible identificarse o sentir una mínima empatía por ellos. En su comienzo no se establece quien es quien, lo que provoca que el espectador no entienda bien la historia hasta que el metraje está un poco avanzado.
La forma en la que está narrada, mezclando las historias, hacen que el público empiece a desconectar desde el principio. Además, sus continuos saltos temporales no ayudan nada a que la historia avance; al contrario, la entorpecen aún más.
“La chica del tren” cuenta con un reparto estupendo, encabezado por una brillante Emily Blunt, pero esto no es suficiente. Su guion es demasiado esquemático, predecible y se asemeja mucho a bastantes telefilmes que se emiten en la sobremesa del fin de semana. Es un crimen que se podría haber resuelto en media hora, no en 112 minutos que se hacen eternos y que pueden provocar que algún espectador cansado se eche una cabezadita.
La cinta tiene escenas muy largas y demasiados planos largos. Aunque no se parezcan en mucho, recuerda en bastantes momentos a “Perdida” (2014). Ambas son historias interesantes, con un trasfondo lleno de actualidad y que podría hacer reflexionar al espectador, pero en lugar de eso, optan por una narración plana y cuentan con un guion bastante pobre. Además, los momentos románticos o “subidos de tono” de “La chica del tren” no aportan nada en absoluto, ya que le añade sentimentalismo o pasión a algo que no pretende contar ni transmitir eso.
Valoración: 2/5
Lo mejor: Que los fans más incondicionales del libro puedan disfrutar de ella.
Lo peor: Su esquematismo y rigidez visual.