Para muchos actores recibir un premio Oscar supone alcanzar el punto más alto de su carrera y el reconocimiento a su valía. Sin embargo, cuando este momento llega se pueden juntar una serie de circunstancias que hagan al premiado recibir la alegría con un toque más amargo.
Esto fue lo que le pasó a la actriz Anne Hathaway cuando recibió su Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel en 'Los Miserables'. Lo relata de esta forma en una entrevista concedida a 'The Guardian': "Es algo obvio, ganas un Oscar y se supone que estás feliz. No me sentía de esa manera. Me sentí mal porque estaba de pie con un vestido que cuesta más que lo que algunas personas van a ver en toda su vida, y por ganar un premio por representar el dolor que todavía sentía una gran parte de nuestra experiencia colectiva como seres humanos".
"Entonces tuve que ponerme de pie frente a gente y sentir algo que en verdad no sentía, que es una felicidad sin complicaciones"Así relata la actriz el momento en el que recibió el premio y cómo se sintió: "Me sentí muy incómoda. Algo así como que perdí la cabeza haciendo esa película y esta todavía no había vuelto. Entonces tuve que ponerme de pie frente a gente y sentir algo que en verdad no sentía, que es una felicidad sin complicaciones"
El ponerse en la piel de Fantine (su personaje en 'Los Miserables') y todo el trabajo de empatizar con sus sentimientos inculcó en Hathaway un malestar del que no es nada fácil salir. Una situación muy parecida a la del que fue su compañero reparto en esta película, Hugh Jackman cuando se preparó para su papel de padre atormentado en la película 'Prisioneros'. En este caso fue el alto número de casos de niños desaparecidos lo que llevó al actor a un profundo malestar.
