El cine es entretenimiento, por supuesto, pero es la industria del entretenimiento. A la hora de hacer películas, hay que tener en cuenta muchísimos factores (presupuesto, guión, localizaciones…), pero si hay algo que lo condiciona todo es el posible rendimiento del film; al fin y al cabo, en la mayoría de casos se produce para que esa respuesta sea siempre positiva. Con todo esto en mente, las productoras juegan al baile de fechas de estrenos para saber qué estrenar y (a veces más importante) cuando hacerlo. Realmente no hace falta ser un erudito del marketing para comprender los fundamentos básicos. Si tienes una gran película y quieres que el mayor número de público posible la vea, ¿cuándo la vas a estrenar? Obviamente, en verano. Así, si tu meta fílmica es atrapar al público, estrenarás cuando esos espectadores están de vacaciones, no tienen problemas en ir entre semana al cine, no tienen otra cosa que hacer por la noche… Eso es el cine comercial. Por lo tanto, cuando a final de cada año se hace una previsión a lo que deparará la temporada siguiente, en los meses de junio, julio y agosto son en los que se suelen concentrar los estrenos más potentes comercialmente hablando: blockbusters, secuelas, remakes… entretenimiento puro y duro. Esa es la regla que rige el verano. O más bien, parecía deber regir. Hasta ahora.
Doce secuelas han aterrizado a las carteleras de cine españolas este verano; sin embargo, exceptuando Election: La noche de las bestias (James DeMonaco) y Buscando a Dory (Andrew Stanton y Angus MacLane), ninguna de ellas ha superado a su predecesora. Y esto, teniendo en cuenta que Pixar no se plantea de momento otra continuación a la aventura marina y que no se han contado intentos de nuevas franquicias. Entonces, si esta era la máxima del verano y no ha dado sus frutos… ¿qué ha funcionado este verano?
En el concepto “funcionar”, habría que hacer un mix de crítica y público, pero de eso se hablará a continuación en la clasificación de los films más destacados particularmente. A nivel más general, una de las claves veraniegas ha sido el terror: cintas de no demasiado presupuesto que dejan atrás los clichés del género y se aventuran en aprovechamiento visual e historias interesantes, siempre encogiendo todos los músculos de los espectadores, pero sin recurrir a trucos baratos y demasiado explícitos. Otra lección del verano ha sido la taquilla extranjera: no todo se centra en Estados Unidos. Ahora
me ves 2 (Jon Chu) y Warcraft: El origen (Duncan Jones) no han funcionado demasiado bien en su país natal (esta segunda fue un sonado desliz); sin embargo, el segundo gran mercado del mundo las acogió con gusto, salvándolas del fracaso y asegurando (por lo menos en el caso de la saga de los magos) otra continuación: China les ha aportado gran recaudación y estará en la producción de la siguiente película de ambas sagas.
Sin embargo, no todo es positivo. La famosa secuelitis y la reinterpretación de clásicos (Tarzán, Cazafantasmas…), fórmulas costas y aparentemente seguras en rendimiento, han provocado más de uno y dos tropezones. Y algunos, de los gordos.
¿Cuáles son exactamente? De entre todos los estrenos de este (ya pasado) verano, aquellos más esperados que traían mayores expectativas (ya sea por pertenecer a una franquicia o por el gasto en actores o presupuesto) son los que aparecen en la siguiente clasificación. Para ver el vaso de todas las formas posibles, se han agrupado los en tres categorías: éxito, fracaso y a medias.
Éxitos en cine del verano 2016
Películas que se han quedado a medio camino del verano 2016
Fracasos en cine del verano 2016
