El 1 de mayo de 1941 se estrenaba en el RKO Palace Theatre de Nueva York Ciudadano Kane. Se trataba de la ópera prima de Orson Welles, quien dirigía, escribía, producía y protagonizaba un filme que acabaría revolucionando el modo de hacer y de entender el celuloide, convirtiéndose en una auténtica obra maestra y toda una lección de (buen) cine.

La polémica rodeó la película desde el primer momento. Ciudadano Kane narra la historia y el legado de Charles Foster Kane, un magnate de la prensa. La película se enfoca desde la perspectiva de un periodista que investiga sobre el significado de la última palabra pronunciada por Kane antes de morir, entrevistando a personas de su entorno, mientras se muestra la vida del multimillonario a través de flashbacks. La clara similitud entre la figura de Kane y la de William Randolph Hearst, nombre ilustre de los medios de comunicación, fue interpretada como una auténtica parodia y crítica a este último, lo que derivó en auténticos problemas a la hora de distribuir la cinta, debido a la enorme influencia de Hearst en la sociedad norteamericana. La obra acabaría alzándose con tan solo un Premio Oscar, al Mejor guion original, a pesar de estar nominada en otras ocho categorías (Mejor película, director, actor principal, dirección artística, fotografía, montaje, sonido y banda sonora).

A pesar de estar nominada a ocho estatuillas, Ciudadano Kane solo consiguió una

75 años después de su estreno, la película ha generado un gran consenso entre los amantes del séptimo arte y la prensa especializada, siendo considerada generalmente como la mejor película de la historia del cine. Un sinfín de listas, clasificaciones y encuestas ratifican este sentir prácticamente unánime. Tan solo Vertigo, de Alfred Hitchcock y El Padrino, de Francis Ford Coppola, han conseguido hacerle sombra en alguna ocasión.

Con motivo del aniversario, Slate Magazine ha decidido rendirle tributo al filme mediante un curioso vídeo recopilatorio. La pieza junta escenas y planos de las más diversas películas en las que es innegable la huella de Welles y de la historia de Charles Foster Kane. Obras de Tim Burton, Martin Scorsese, los hermanos Coen, Ridley Scott, Woody Allen y hasta un videoclip de Madonna muestran cómo el séptimo arte, y el mundo audiovisual de forma más amplia, lleva tres cuartos de siglo bebiendo de la influencia de Ciudadano Kane. Y lo que queda.