En la guerra y en el amor todo vale, y Marvel lo sabe. Sin un bichejo verde de por medio pero con una araña milenier, la guerra de los superhéroes ha comenzado. Como en todas las guerras contemporáneas la opinión pública tiene una importancia capital, ya era hora. Después de destruir edificios que ni Goku en sus tiempos mozos, al gobierno de EEUU se le ocurre encausar a los vengadores en una suerte de legislación protectora internacional. El monopolio de la violencia solo puede ser usado por hombres razonables y, aunque esto no lo dijera Webber, preferiblemente sin capa.
Con los bandos bien diferenciados la guerra comienza, sin escaramuza previa, a saco y en un aeropuerto que da más juego. Vuela el uno, dispara el otro y todos hacen chistes. La tensión de la batalla se rebaja entre gags de hormigas con halcones, hasta hay una pantera que salta. Pero no luchan por luchar como hacen los murciélagos, razonan sus hostias, el "capitán yanqui" se erige en una sensibilidad de Antiguo Régimen, un Ricardo corazón de León con escudo y mallas ajustadas. La cruzada contra el Montesquieu de acero es por la supremacía de la violencia, tema serio. Las posturas son explicadas razonablemente, los golpes se justifican.
En esta selva de capas y escudos el humor gobierna, no importan los equipos, los directores consiguen esgrimir un producto que entretendrá a los menos "marvélicos" y hará extasiar a los más forofos. Los superhéroes han vuelto para luchar entre ellos, aunque el villano cumple y sin maquillaje ni greñas, lo cual se agradece. Todos se vengan de todos en esta guerra selvática, las víctimas han sido numerosas, los héroes no pueden volver a salir a jugar con cocodrilos espaciales nunca más, será el gobierno el que los autorice a ello, todos más tranquilos.
Pese a la confusión de la batalla, cada héroe tienen su momento, hay equilibrio entre las capas y las arañas. Arañas que refrescan un panorama heroico que estallará como una burbuja en pocos años. Sin ser cenizo, el panorama Marvel es capaz de darnos blockbuster entretenidos y bien construidos, que otros aprendan de sus errores, Marvel ya lo ha hecho.