Como es ya habitual, la noche más esperada en el mundo de la música ha dejado momentos de los que hablar, recordar e incluso hacer levantar el punto sensible con algunas actuaciones y homenajes.
Los cinco gramófonos que ganó el rapero Kendrick Lamar no dejan lugar a dudas de que fue el gran triunfador de la noche. Entre sus once nominaciones consiguió los premios a Mejor Disco de Rap (‘To Pimp Up a Butterfly’), Mejor Canción y Actuación de Rap (‘Alright’), Mejor Colaboración de Rap (‘These Walls’) y a Mejor Video Musical (‘Blad Blood’) en el que colabora con Taylor Swift, quien también se subió al podium de los líderes de la noche. Entre las siete nominaciones que tenía la cantante, fue premiada al codiciado premio de Mejor Álbum por ‘1989’, premio que le hace ser la primera mujer en tener dos galardones en su carrera de esta categoría. Su último trabajo también se llevó el Grammy a Mejor Álbum Pop Vocal. Taylor Swift ya cuenta con diez de estos premios dorados en su trayectoria musical. Aunque no saliese ganadora, la artista celebró como nadie que en la categoría de Canción del Año se pronunciara el título de ‘Thinking Out Loud’ del cantautor Ed Sheeran, quien admitía en su discurso que nunca había imaginado que recibiría un Grammy de las manos de uno de sus mayores ídolos, Stevie Wonder, el cual junto a Pentatonix presidía esta categoría.
Después de que Meghan Trainor recogiera entre lágrimas el premio a Mejor Artista Nuevo se produjo la sorpresa de la noche. Cuando parecía que Lamar acabaría por cerrar una ceremonia de logros, en el lugar de Mejor Grabación del Año se pronunció el nombre de Bruno Mars con su éxito ‘Uptown Funk’.
También fue la noche de The Weeknd, que consiguió dos galardones, entre ellos el de Mejor Álbum Urbano Contemporáneo, y supo levantar al público del Staples Centes con ‘Can´t Feel My Face’.
El grupo de soul-rock, Alabama Shakes, no fue menos y consiguió los Grammys a Mejor Álbum de Música Alternativa (‘Sound & Color’), Mejor Canción Rockera y Mejor Actuación de Rock (‘Don’t Wanna Fight’).
Por otra tesitura más distinta, Skrillex fue premiado en las categorías de Mejor Grabación Dance por ‘Where Are Ú Now’, en la que participaba con Diplo y Justin Bieber, y a Mejor Álbum Dance o Electrónica por ‘Skrillex And Diplo Present Jack Ü’ con Diplo.
El atractivo de los Grammys no son solo los galardones, sino también las actuaciones y la noche del 15 de febrero estuvo marcada también por espectáculos, tributos y homenajes increíbles.
Todo comenzó con el homenaje a Lionel Richie, elegido recientemente Persona del Año, de la mano de los artistas John Legend o Demi Lovato, Luke Bryan, Meghan Trainor y Tyrese Gibson. Los cantantes de diferentes géneros musicales tocaron temas clásicos de Richie, hasta que éste se subió al escenario a interpretar su ya todo un himno ‘All Night Long’.
Posteriormente, encadenado y en una cárcel, salía al escenario Kendrick Lamar con una polémica puesta en escena que, según la temática de su álbum premiado, criticaba la violencia racial en los estados unidos.
También hubo un hueco especial de la mano de Miguel para conmemorar los treinta y cinco años del lanzamiento del álbum ‘Off The Wall’ de Michael Jackson.
Adele, tras cuatro años de ausencia en los Grammys, volvió a subirse al escenario para interpretar la emotiva canción ‘All I Ask’. Actuación que pese a los problemas de sonido, supo agradar al público. Este no fue el único imprevisto de la noche de los gramófonos, por cuestiones de salud Rihanna tuvo que cancelar su actuación prevista para la gala.
El momento más esperado de la noche llegó de la mano de Lady Gaga, quien recientemente había adelantado que su espectáculo en la gala sería en homenaje al gran David Bowie y así fue, plasmando la esencia de su ídolo en su vestimenta y sobre el escenario. Su actuación estuvo caracterizada por un espectacular juego de luces que reflejaban sobre su rostro las diferentes facetas del camaleónico artista, mientras cantaba algunos de sus grandes éxitos como ‘Space Oddity’ o ‘Heroes’.