10 - Beasts Of No Nation, Cari Joji Fukunaga.
Dirigida por Cary Joji Fukunaga y protagonizada por Idris Elba y Abraham Attah, Beasts Of No Nation se ha convertido en una de las sensaciones del año, quizá por el hecho de ser estrenada en Netflix, quizá por su director de orquesta, quién decidió embarcarse en este proyecto después de sorprender a público y crítica con su magnífica realización en True Detective. Se trata de una película cruda, que lanza sus dardos sin esperar a que el espectador los busque, que se eleva gracias al empeño del cineasta por narrar la historia de una manera muy visual. Situa al espectador cerca al infierno que trata de mostrar. Un guión bien adaptado, sorprende por la belleza con la que proyecta imágenes y situaciones desoladoras. Y, en suma a todo ello, un Idris Elba imponente que ayuda a interpretar las oscuridad y brutalidad que viven los niños soldado.
9 - Mad Max: Fury Road, George Miller.
Mad Max: Fury Road, o cómo elaborar un remake demencial y majestuoso sin renunciar al estilo de la trilogía homónima. George Miller volvió a fabricar una pieza única e irrepetible, compilando acción, trama y retrato social en un filme que se antoja como el mejor de los últimos tiempos, en cuanto al género se refiere. Con el estilo característico de las anteriores entregas, colma de texturas y montajes (visual y sonoro) perfectamente reconocibles, retornando a la épica maestría en la dirección, y sobre la consecución de acciones que infiere, superior a sus precedentes.
8 - Anomalisa, Charlie Kaufman.
Charlie Kaufman sorprendió con Anomalisa, presentada en el Festival de San Sebastián. Una historia aparentemente sencilla que esconde un sinfín de análisis y muestras de cómo el ser humano lidia con sus ansiedades, anhelos, amores y dolores, desde la visión animada de personajes que más bien parecen homenajes al cine de Ingmar Bergman. De una belleza única, las reflexiones y debates que plantea sólo son equiparables al espectador que, desprevenido, aprecia cómo está atrapado en un mundo ficticio, pero demasiado verosímil como para no encogerse de pena.
7 - The Hateful Eight, Quentin Tarantino.
Si el espectador quiere presenciar una obra de teatro, adaptada a las fórmulas del cine y, mejor aún, adaptadas bajo la batuta de Quentin Taratino, esta es su película. Un relato mordaz del racismo en los años posteriores a la Guerra de Secesión, con pizcas de Pulp Fiction, clima de Django: Unchained y con el carisma de Reservoir Dogs. Un resumen auténtico del cine desempeñado por el cineasta, sustentado en los diálogos y en el retrato social. The Hateful Eight opta por ahorrar en escenarios e invertir en el lado íntimo de personajes interpretados de forma magnífica, personajes que en un primer momento resultan atípicos, pero que consiguen trazar una trayectoria con la que el espectador pueda disfrutar, en un compendio de ataques, giros narrativos y una maestría teatral que sólo puede tener una rubrica verosímil; Quentin Tarantino.
6 - Saul Fia, László Nemes.
La sensación de Cannes. Pantalla en 4:3, todo el enfoque destinado al protagonista. Un recipiente donde lo que el espectador puede imaginar (y ocurrió en la realidad) es mucho peor de lo que Saul Fia enseña, una pieza que hace viajar al interior de Auschwitz y lo hace sin sentimentalismos, relatando una historia de la manera más objetiva que se ha visto hasta la fecha, a pesar de, como acostumbra el cine desde su historia, no haber sabido mirar a los ojos y, por consiguiente, narrar con neutralidad la barbarie de los nazis. Igualmente, Nemes ha conseguido erizar el vello gracias a la sobriedad, rigor y los planos desaforados que ayudan a interpretar el infierno por el que, sin que el espectador tenga que soportar su crudeza, sabe que está pasando el personaje. Algo que puede dejar frío, pero con la angustia que merece una oda cinematográfica de esa envergadura.
5 - Room, Lenny Abrahamson.
Abrahamson conmueve con un relato realmente duro, de cómo una madre fabrica un mundo nuevo para su hijo mientras vive su propio secuestro. A pesar de ser una experiencia cinematográfica recomendable, la novela la supera con creces. Room es apasionante, pero qué sería de ella si no estuviera Brie Larson para desgarrar con su interpretación. Aguantar el plano en los momentos más trágicos, dejar el sensacionalismo a un lado y encomendarse a la tierna imagen del personaje interpretado por Jacob Tremblay, pieza que, por encima de Larson, transmite todo lo que Emma Donoghue, autora de la novela en la que se basa y guionista de la misma obra, plasmó en su día.
4 - Carol, Todd Haynes.
Carol forma parte del cine romántico que dejó de fabricarse, en favor de otros más superficiales. Un cine que hace sentir, más allá de que Haynes haya fabricado una obra con planos exactos, con un estilo propio que realza los detalles y los mimetiza en la belleza global de las interpretaciones llevadas a cabo por Cate Blanchett y Rooney Mara, ambas remarcadas en la verosimilitud de una historia que parece haberse grabado con cámara oculta en la intimidad de dos mujeres reales. Un gran romance sustentado por la maestría con la que Haynes ha elegido los planos y ha proyectado la trama sin ningún pero. Perfecta.
3 - The Revenant, Alejandro G. Iñárritu.
Iñárritu, Lubezki y DiCaprio se juntan en esta epopeya brillante en imágenes y sensaciones. The Revenant eleva la historia, estableciéndola como la inmensidad del hombre contra su propia naturaleza. Un viaje hacia los miedos, hacia la racionalidad de un ser que vive por y para su venganza, pero nunca pierde el norte, a pesar de las experiencias que bien podrían haberle causado una carencia de conciencia. Iñárritu vuelve a dejarnos huella gracias, además de a la actuación de un DiCaprio que merece el Oscar, como tantas otras veces, a una realización para la historia, repleta de planos secuencia, planos atípicos donde el espectador puede colocar el cine de autor en la maquinaria de Hollywood, con el estilo de Terrence Malick. Por encima de toda pretensión, es una bellísima oda a la fotografía y a la sensibilidad del corazón humano.
2 - El Abrazo de la Serpiente, Ciro Guerra.
En blanco y negro, con la narrativa de época, pero con el ritmo y la belleza del cine vanguardista. Un relato precioso, nada maniqueísta, que transporta a la aventura que Evan y Karamakate viven en medio del Amazonas. La fotografía, con permiso de The Revenant, es la mejor de la temporada, aprovechando cada esquina de la pantalla, con una claridad impactante. El Abrazo de la Serpiente queda como el retrato del poder colonial, del hombre y la autodestrucción propia que, irremediablemente, lanza una onda expansiva y arrolla a la naturaleza que le rodea. Obra maestra del cine colombiano.
1 - Spotlight, Thomas McCarthy.
Una historia que podría haber sido plasmada con cierto sensacionalismo, evocando al recuerdo que supuso, en su momento, el descubrimiento por parte del Boston Globe, del escándalo de pederastia ejercida por algunos curas de Massachussets. Un drama periodístico interpretado de forma fantástica por Michael Keaton, Mark Ruffalo y Rachel McAdams, entre otros, y en un guión que, como el periodismo que se deja apreciar en la misma pieza, rebosa de rigurosidad y brillantez. Sin sentimenalismos, sin clichés, Spotlight se ha convertido en la obra maestra del periodismo cinematográfico. Sin duda, la pieza de la temporada, y, seguramente, del próximo año.