Seguramente estamos ante uno de esos actores al que nadie consideraría el mejor de todos los tiempos, para eso ya están los Marlon Brando, James Stewart, Laurence Olivier o Humphrey Bogart de turno. Sin embargo su mirada cálida y cercana ha cautivado al público durante generaciones. Su primera película importante llega con la emblemática Los cañones de Navarone (1960) en la que Harris tiene la suerte de concincidir con uno de esos repartos que el cine clásico acostumbraba a regalar, estamos hablando de: Gregory Peck, David Niven o Anthony Quinn.
Con otro igual de brillante reparto coincidió en Rebelión a bordo (1962) en la que estaban Marlon Brando, Trevor Howard o Hught Griffin. Harris se hace notar en una cinta en la que la estrella principal es Brando que también puso las excentricidades.
Harris seguiría participando en películas de renombre como El ingenuo Salvaje (1963) en la que ganaría la Palma de Oro en Cannes como mejor actor protagonista. Al año siguiente protagonizaría junto a un tal Charlton Heston Mayor Dundee.
El éxito comercial y el Globo de Oro al mejor actor de comedia le llegaría con Camelot (1967) una aparatosa comedia musical que se convirtió en un éxito de taquilla. Sin duda su papel más recordado es el de aristócrata inglés en Un hombre llamado caballo (1970). Una cinta tildada por algunos como racista y que deja en una mala posición a los indios norteamericanos. A partir de ese momento Harris pasa un tiempo alejado de las cámaras y se dedica a la música e incluso escribe un libro de poemas titulado Yo, en la composición de mis días.
Sus trabajos pasarían a ser mucho más esporádicos y alejadas del gran público. Entre estas películas se destaca El prado (1990) una cinta irlandesa por la que Harris es nominado al Oscar al mejor actor protagonista. También participará en la antológica Sin Perdón (1994) de Clint Eastwood. Sus últimas apariciones serán en Gladiator en la que encarna al emperador romano Marco Aurelio. Aquí se puede ver a un Harris anciano, débil, elegante y con una mirada enternecedora. Famoso será el personaje de Albus Dumbeldore al que daría vida en las dos primeras películas de la franquicia Harry Potter.
Richard Harris murió en 2002 sin su merecido Oscar honorífico, una de esas injusticias que la Academia de Hollywood comete con sus actores más legendarios. Sin duda la mirada gris de Harris será recordada siempre por los románticos del séptimo arte.