El Festival de San Sebastián cada vez vislumbra más cerca en el horizonte su conclusión y en esta sexta jornada de la 63ª edición, se pudieron ver algunas producciones bastantes interesantes y que demuestran que gran parte de las mejores películas que se han visto a lo largo de la semana están llevadas a cabo por jóvenes realizadores.
La georgiana Moira, se presentó en una descafeinada Sección Oficial hasta la fecha como una película humilde que puede verse recompensada en el palmarés. La cinta del director Levan Tutberidze, viene a demostrar el proceso evolutivo por el que está pasando el cine georgiano. A través de la historia de un hombre que sale de la cárcel, la trama se desarrolla de forma que consigue atrapar al espectador ya no solo a través de palabras, sino también haciendo uso de las propias miradas de los protagonistas.
La otra película de Sección Oficial presenta en la sexta jornada fue Freeheld. Una producción estadounidense del cineasta Peter Sollett, que llegó a San Sebastián como un largometraje necesario pero que una vez vista, denota una falta de fuerza y personalidad en la creación del guion y la elaboración de los personajes. Todo ello hace que la itención de hablar fuerte y claro se quede a veces durante la cinta en un simple susurro insípido para el espectador. Es el papel de Julianne Moore lo más salvable de este filme que pretende reivindicar los derechos de los homosexuales.
Los jóvenes directores sorprenden
En Nuevos Directores, el sueco Peter Grönlun sorprendió con Drifters. Con un reparto formado casi en su totalidad por intérpretes no profesionales y en el que resalta la actriz Malin Levanon, esta película cuenta con gran realismo a través del drama social, la lucha de una mujer por salir adelante en los niveles más bajos de la sociedad.
Por otro lado, en la misma sección, se estrenó la belga Parasol. La ópera prima de la cineasta Valéry Rosier que ns narra tres extravíos al final del verano. La determinación de hacer que las cosas cambien sin que importe el precio. La nostalgia por un pasado que nunca existió.
'La novia' arrasó en su primera toma de contacto
La adaptación de Bodas de sangre llevada a cabo por la directora Paula Ortiz, arrancó todos los elogios de la prensa es su estreno para los profesionales tres días antes de ser presentada en sociedad. El papel inconmensurable de Inma Cuesta y la belleza con la que está contada la historia verbal y estéticamente, hacen de la visualización de este filme todo un regalo para los sentidos. El universo lorquiano queda represetando de una forma profunda y real que se entremezcla con una belleza muy pocas veces vista a este nivel en el cine patrio.
La principal pregunta ahora es por qué La novia que por el momento está llamada a ser la mejor producción española del presente año, no ha formado parte de una Sección Oficial que precisamente este año no está brillando por su calidad desbordante.