Conspiraciones, un nuevo mundo por explorar, la rivalidad con Francia, conflicto religioso... todo esto es lo que nos puede ofrecer la nueva ficción histórica de TVE. La que es la gran apuesta de la cadena pública para este curso se estrenó anoche entre una gran expectación. 

Nos encontramos primero con un joven Carlos I (Álvaro Cervantes) que llega a las costas españolas con solo 16 años y un gran imperio por gobernar. Entre tanto tenemos; la conquista de América con Hernán Cortes (José Luis García Pérez), la corte francesa con Francisco I (Alfonso Bassave), las intrigas pañaciegas del Cardenal Cisneros (Eusebio Poncelo), El duque de Alba (Ramón Barea) o el Cardenal Adriano de Utrecht (Francesc Orella). Un joven Carlos I que tiene que hacer frente a problemas incluso en el seno  de su propio familia, ya que la seguridad de uno de los hombres más poderosos de su tiempo no esta segura en Castilla. Con su hermano Fernando conspirando, y un reino al que no le place ver a un extranjero en el trono real, las posibilidades de la serie aumentan considerablemente.

Este primer capítulo nos sirve de presentación de los múltiples personajes y lugares en los que la serie se va a desarrollar durante toda la temporada. Algo confuso puede quedar el espectador ante tal cantidad de información histórica. Entre Francisco I, Hernán Cortes y Juana "la loca", uno no sabe si está viendo una serie de TVE o un documental rancio de Discovery Channel. No es que los guiones sean malos, sino que hacer confluir todo en un solo episodio es muy complicado.

"No pretendemos verbalizar wikipedia"

Pese a las limitaciones presupuestales, que son muchas en los tiempos que corren, la ambientación es bastante aceptable: vestimenta de época, armas, muebles, documentos, una música de orquesta de TVE y una iluminación mucho más cuidada. Lo que más se echa en falta en este primer capítulo, y esperemos que no en el resto, es ritmo. Falta algo con lo que el espectador se sienta atraído para continuar visualizando la ficción. Como bien dijo uno de los productores de la serie en su preestreno: "no pretendemos verbalizar wikipedia".  Y es que exigir al espectador que memorice tal cantidad de nombres y tramas en apenas 80 minutos, es demasiado para una serie que debería ser didáctica. 

Sin acercarse las grandes series extranjeras sobre tiempos remotos, "Carlos, rey emperador" es una ficción que puede llegar a cumplir su cometido. Lo que sí que falta es cierta ambición por parte de los realizadores españoles a la hora de realizar series. En un momento de auge en lo que a las series se refiere, nuestro país no sabe rentabilizar esta moda que puede ser pasajera. Si productos  de la propia TVE como El ministerio del tiempo fueron un éxito total fue por esa valentía argumental que es necesaria.

El rey ha pasado su primera batalla, los invasores de otras cadenas son numerosos y sus artimañas sagaces. Nuestro honorable rey tendrá que valerse de las "armas televisivas" con las que disponga para sobrevivir en el campo de batalla que es la televisión española