Pixar vuelve a ponerse la pila. Tras unos años de películas mediocres (véase por mediocres no tan buenas como sus predecesoras), el estreno de Inside Out se presenta como la nueva joya de la compañía estadounidense, todo un nuevo caramelo para los amantes del cine de animación. Pero, ¿es realmente Inside Out una nueva obra maestra de Pixar? 

Más bien es un bombón envenenado. Lo que en un principio son escenarios originales y vistosos pronto se vuelven lugares repetitivos y facilones: las islas de la personalidad, los recuerdos de colores, la purpurina, la diversión, los globos, los unicornios… Todo es magia y fantasía dentro de esta niña. No digo que tuviese una infancia triste, pero no creo que con 12 años mi cabeza fuese una explosión de prados de grajeas y purpurina. Existe un constante abuso del cliché de que todo en la vida de los niños debe ser color y fantasía. Con esto lo único que logran es que la fotografía sea repetitiva y la historia demasiado edulcorada.

Los personajes son divertidos y simpáticos, pero no terminan de conectar con el espectador. Parecen poco profundos, bastante simplones. Su hiperactiva protagonista, Alegría, pasa rápidamente de ser un personaje curioso a ser un elemento incluso molesto dentro de la historia. Sólo sabe saltar, bailar, patinar y dar consejos sobre cómo ser muy feliz; a medida que avanza la película la saturación de Alegría es cada vez más evidente. Y mientras más insufrible es Alegría, su compañera antagónica Tristeza (extrañamente representada por una niña gorda y con gafas) se vuelve más y más adorable, siendo sin embargo un personaje más contenido pero más profundo, mejor perfilado. Es por ello que Tristeza es todo aquello que debería haber sido Inside Out: algo tierno y divertido pero a la vez contenido. Y no Alegría, puro salto, puro unicornio con melena de colores y en definitiva puro exceso.

La historia es compleja, pero el envoltorio puede resultar demasiado infantiloide para los adultos. Sin embargo, la película esta repleta de guiños y anécdotas sobre psicología: el juego entre unos y otros sentimientos, procesos de en el crecimiento de Riley, situaciones y guiños de tremenda profundidad… todo esconde referencias a la psicología infantil y a conceptos en general demasiado complicados. Un ejemplo: Alegría y Tristeza se unen y forman nostalgia y eso es algo bastante conseguido pero… ¿un niño entenderá esto? ¿Es entonces una película para niños o para adultos?

Llego a la conclusión de que simplemente se trata de una buena idea mal desarrollada. No hay villano, no hay historia que enganche, no hay trama más allá de una niña que intenta escapar de casa. La resolución del conflicto se me antoja extremadamente caprichosa y el final bastante insípido después de tanta chuche. No estamos ante la profunda historia de Wall-e, ni ante el tremendo entretenimiento de Up, ni se asemeja a la brillantez de Toy Story 3. En las escenas donde no utilizan los conseguidos gags  que plagan la cinta sientes una ola repentina de aburrimiento. Todo parece arrancar a ratos: en un momento lloras, en otro te ríes y en otro te aburres tremendísimamente.

No todos son puntos negativos. No creo que Inside Out sea tan mediocre como Brave  o Monster University. Es, en términos general, una buena película. Visualmente está muy cuidada, los momentos familiares son entrañables y la protagonista, Riley, conecta bastante bien con el público. Pasé toda la película riendo y disfrutando, pero aún con todas las escenas divertidas, los momentos tiernos y los escenarios llamativos, creo que falta conexión, historia, una verdadera trama. Un hilo conductor que nos haga agarrarnos a la silla, estrujarnos los sesos y nos haga disfrutar de verdad y no una mera progresión de momentos divertidos, que por muy buenos y logrados que sean, no consiguen crear un todo como tal.

¿Es Inside Out diferente a todo lo que venimos viendo de Pixar? Sí. No me cabe duda de que la compañía tomará un rumbo interesante a partir de este punto. Pero personalmente, no es la Pixar que quería. La sombra de sus predecesoras aún es alargada. No es un nuevo clásico, ni una nueva obra maestra del cine de animación. No todo se puede reducir a un saco de momentos resultones y chistes fáciles. Definitivamente, Pixar es más que eso.