Sony Pictures ha decidido participar en el detrimento de la calidad cinematográfica. Ha sentenciado, ensalzando al negocio por encima del arte. Desconozco si, por falta de imaginación o por ambición económica, ha accedido a desarrollar una película sobre emoticonos. Sí, esos pequeños "seres" que inundan nuestro Whatsapp cada día, cada hora y cada minuto, como si no pudieramos vivir con su ausencia. Se han convertido en indispensables, dentro del lenguaje universal. Y Sony, ¿por qué no?, quiere que jamás nos olvidemos de ellos. Nacieron en Japón, a finales de los 90, y se han ido extendiendo internacionalmente. No se conoce la trama pero, podemos imaginar que no contará con giros argumentales demasiado inefables. 

Desde que Anthony Leondis escribiera varias secuencias narradas en storyboard, llamando la atención de Paramount Pictures y Warner Bros, la carrera de Sony Pictures, según informa Deadline, ha sido ardua y confusa hasta que, meses atrás decidió hacerse con el proyecto. Por el momento, la situación con la nueva animación está en fase de preproducción. Leondis, posible realizador de dicha obra, se encuentra trabajando en otro proyecto animado; Bureau Of Otherwordly Operations, una película sin fecha de estreno confirmada, que cuenta con las voces de Bill Murray, Melissa McCarthy, Matt Bomer y Seth Rogen. 

La industria cinematográfica, en EE.UU, puede considerarse como la estabilizadora del cine internacional, puesto que de ese país al otro lado del charco, salen a la luz el mayor porcetanje de filmes, a nivel mundial. El cine europeo sigue a la cola, en cuanto a economía se refiere, por lo que los norteamericanos poseen el poder (casi) absoluto sobre lo que se comenta o no, acerca del mundo celuloide. Si hablamos de calidad, el cine se encuentra en un estadio mortecino. Gran porcentaje de las películas, con producción estadounidense, destilan bajeza y poca inventiva en su consecución. La importancia por estrenar miles de películas terribles, en lugar de cientos brillantes, está afectando, de manera alarmante, a lo que el mundo considera como "buen cine". El negocio, como en todo, queda por encima de cualquier atisbo virtuoso detrás y delante de las cámaras.