Con la música de The Tide y las presentaciones de una de las voces más populares de nuestro país, The Vamps llegaba a Barcelona con las pilas cargadas para ofrecer un show que no dejara indiferente a nadie, sobre todo a los cientos de fans que ayer se dieron cita en el Sant Jordi Club de Barcelona y que ya sueñan con la vuelta de los vampiros.
La noche comenzó con uno de los primeros éxitos de la banda inglesa, Wild Heart, presentado tras un enérgico "¡Hola, Barcelona!" de Bradley Simpson. Las voces de todos los allí presentes pronto comenzaron a entonar un hit tras otro. La hazaña se repetiría con Somebody to You, esta vez sin la voz de demi Lovato, pero con la de todos los asistentes que demostraron conocerse la letra a la perfección.
Un importante punto de inflexión se dio en este mismo momento, en el que el público fue consciente de que los acordes que salían de los iluminados intrumentos de The Vamps no era otra cosa que el número uno de los números uno del siglo en Estados Unidos, el Uptown Funk de Mark Ronson y Bruno Mars. El tiempo de covers no cesó y tanto Taylor Swift como Miley Cyrus tuvieron representación en unas versiones de Shake It Off y We Can't Stop al más puro estilo The Vamps que dejaron impresionados a la audiencia.
Tras la subida de adrenalina, Tristan Evans demostró que los breaks no son únicamente lo suyo, y solo en el escenario, acompañado de su batería y las cambiantes luces de colores que a esta rodeaban, se defendió con sobresaliente. Lo mismo hicieron James McVey y Connor Ball, que demostraron que el dominio de la voz no es una facultad exclusiva de Bradley.
La oscuridad se hizo en las instalaciones del Sant Jordi Club para que la voz principal del conjunto británico se plantara solo en el escenario en compañía de su guitarra acústica. Bradley pidió a los asistentes que apuntaran con sus móviles al cielo para traer luz a unas tinieblas improvisadas mientras entonaba un muy personal Shout About It. Aunque solo duró unos minutos, las cámaras de los smartphones frenaron su ritmo de una foto por segundo para crear un mar de pequeñas luciérnagas que acompañaron cada acorde del joven, convirtiéndose esta en la pieza más íntima de la velada.
Entre risas y dos jóvenes que subieron al escenario para demostrar que el inglés todavía es una asignatura pendiente en España prosiguió la velada. Eso sí, las dos jóvenes se encargaron de enganchar a Simpson al famoso y televisivo tiki-tiki, algo que hizo tanta gracia al cantante que no pudo evitar repetirlo en varias ocasiones, provocando la carcajada del público.
Girls on TV y un baño de agua a las primeras filas; Oh Cecilia, esta vez no en una isla perdida de ensueño ni con palmeras, pero sí con las palmas del público más entregado posible; madres y padres que bailaban alejados de sus hijos al ritmo de la música. La actuación más potente a nivel vocal de los jóvenes ingleses llegó con I Risk it All, una pieza en la que Bradley y su piano dieron un giro de tuerca al sonido habitual de este tema a, si cabe, mucho mejor. La canción tomó más fuerza que la versión de estudio y el público, que así lo sintió, aplaudió fervientemente a los vampiros.
Con la cuenta atrás tocando a su fin y el público en el momento más algido, Can We Dance, la canción que dio la vuelta al mundo y dio la popularidad a estos cuatro jóvenes, hizo a los vampiros desaparecer en una noche cargada de emociones que supo a poco a los asistentes debido a la hora y veinte de duración que, de poder ser por algunos, hubieran alargado eternamente.
Hoy, su segunda y última cita en nuestro país tendrá lugar en Madrid, donde los vampiros pondrán en práctica todo el español aprendido que demostraron en Barcelona con sus "gracias", "¿qué tal?" y "te quiero". Pese a que a la gira aún le queda mucho por dar de sí, los más acérrimos fans y los propios Bradley, James, Connor y Tristan ya tienen marcado en su calendario el 27 de noviembre, fecha en la que su segundo álbum de estudio saldrá a la venta mundialmente.