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Y como todo en la vida, la 18º edición del Festival de Málaga llegó a su final. Después de ocho días de intenso trabajo, la prensa acreditada se despedía de la sección oficial con Los exiliados románticos, de Jonás Trueba. Esta road movie del viaje emocional que emprenden unos amigos se llevó el aplauso del público y la crítica y cerró con buen sabor de boca una competición marcada por la irregularidad de sus producciones.
Esta historia sobre la amistad fue rodada en Francia durante 12 días
"Yo mismo me preguntaba a veces qué estábamos haciendo, pero tenía curiosidad por seguir porque pensaba que esta película no la habia visto antes. Transmite felicidad, alegría y ausencia de drama", explicó su director Jonás Trueba, conocido por algunos por ser el hijo del gran Fernando Trueba (aunque el joven ya tenga a su espalda varios largometrajes como Todas las canciones hablan de mí o Los ilusos).
Esta historia sobre la amistad y, concretamente, sobre la amistad que se puede generar entre un hombre y una mujer, y "sobre la decadencia del género masculino", añadió su realizador, fue rodada durante 12 días por Francia y con el handicap de no contar con guion alguno. La película aún no cuenta con fecha marcada en el calendario para su estreno.
La comedia más liviana de Isabel Coixet
No se presentaba en sección oficial pero, paradójicamente, ha sido una de las películas que mayor entusiasmo ha despertado en el público concertado en el Teatro Cervantes. O al menos eso dio a entender los largos minutos de aplausos que se llevó el fime tras su pase en el Festival de Málaga.
Isabel Coixet también recogió el Premio Restropectiva del festival
Tal vez no sea de extrañar; todos sabemos que Isabel Coixet es muy querida en tierras malagueñas (ayer precisamente recibía el Premio Retrospectiva del certamen) y es, por ello, que su película Aprendiendo a conducir fue muy bien recibida. Esta película por encargo, dado que el guion corre a cargo de Sarah Kernochan, llevaba rondando en la cabeza de la realizadora catalana desde hacía años, cuando aún estaba rodando Elegy. En ella se relata como una escrita de Manhattan, a la que acaba de abandonar su marido, decide aprender a conducir gracias a la ayuda de un taxista indio.
"Era una manera de retratar una comunidad (los sij) muy poco conocida y que refleja un poco el miedo a lo desconocido", afirmó Coixet en la presentación a los medios, donde adelantó que ya está trabajando en su próxima película: una historia sobre una mujer que quiere montar una librería.
Tras su paso por el Festival de Toronto y el de Málaga, Aprendiendo a conducir llegará a los cines el 7 de julio.
