Desde hace menos de un año, se produjo un terremoto político en España. El electorado mostró sus ganas de cambio político y, desde entonces, dos partidos han subido como la espuma en las encuestas: Podemos y, meses después, Ciudadanos. Mientras, se producía el hipotético derrumbe del bipartidismo tradicional ostentado por el PP y el PSOE.

Las elecciones andaluzas eran el primer barómetro para poder comprobar todas estas hipótesis y las primeras en las que se podían palpar las ganas de cambio que parece tener el electorado español. Una vez conocido el resultado final solo nos cabe preguntarnos lo siguiente: ¿se han cumplido los pronósticos? ¿Cómo pueden afectar estos resultados al resto de España? ¿Cómo lo han interpretado todos los partidos políticos en clave nacional?

Éxito total de Susana Díaz y miedo al pacto de todos los partidos

Se puede decir que la convocatoria anticipada de las elecciones fue algo arriesgado. Susana Díaz se la jugaba por primera vez en las urnas y confiaba totalmente en que sus conciudadanos le dieran la confianza necesaria para poder gobernar en solitario. Y acertó, aunque no llegó a la mayoría absoluta.

De esta forma, el PSOE consiguió los mismos escaños que en las elecciones autonómicas en 2012. Poniendo este resultado en contexto, se puede hablar de éxito: por un lado, porque en 2012 el Partido Popular fue el más votado y esta vez los socialistas le sacan nada más y nada menos que 14 escaños a su principal contrincante; y, por el otro, en el 2012 no existían ni Podemos ni Ciudadanos, aunque se ha visto en estas elecciones que estos partidos han perjudicado más a otras formaciones que al propio PSOE.

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La dirigente andaluz ya ha confirmado que pretende gobernar en solitario, aunque le costará sacar la votación de investidura adelante. Llama la atención el miedo y la negación al pacto de todos los partidos. Sin embargo, es natural que suceda esto, porque nadie quiere mostrar su afinidad con posibles aliados para no salir perjudicados en el resto de elecciones que quedan por venir en este 2015. Por lo tanto, podemos decir que el PSOE intente gobernar en solitario y no tenga que pactar de forma obligatoria con otro partido, les viene de perlas a todos los actores políticos, sobre todo a los nuevos.

Por otro lado, podemos ver que los resultados en Andalucía han podido beneficiar a los socialistas españoles y a Pedro Sánchez, aunque su sector crítico liderado por Carme Chacón y Tomás Gómez hayan achacado la victoria explícitamente al intratable liderazgo de Díaz. No hay que dejar de lado que la situación histórica del PSOE en Andalucía es totalmente diferente a la del resto de España, por lo que es difícil extrapolar el éxito.

¿Fracaso del PP?

Como segunda fuerza política y 33 escaños nos encontramos con el Partido Popular y su nuevo líder, Juanma Moreno. La gran mayoría de análisis sobre el resultado obtenido por los populares tienen un denominador común: fracaso absoluto. El PP ha pasado de 50 escaños a 33, un dato escalofriante. Mariano Rajoy ya ha llamado a los suyos a ponerse las pilas, mientras que varios ministros como José Manuel Soria y José Manuel García Margallo coincidieron en que ha sido un resultado negativo. También se han mostrado críticos Alicia Sánchez Camacho, líder del PP catalán; y Jesús Posada, presidente del Congreso. A pesar de todo, es curioso que haya conseguido 300.000 votos más con respecto a las elecciones europeas del año pasado, lo que no es nada desdeñable.

Sin embargo, el PP ha sumado 300.000 votos más que en las pasadas elecciones europeas Esto puede suponer un cambio de los populares en su estrategia paras las elecciones autonómicas y generales. Para combatir primeramente a Podemos, todos los miembros del partido de derechas utilizaron el mismo mensaje: votar a la formación liderada por Pablo Iglesias sería un desastre total para el país. Luego apareció Ciudadanos, más parecido a los de la gaviota en lo que se refiere al espacio ideológico mayoritario de centro-derecha. De repente, lo vieron como un verdadero peligro y llegó la oportuna descalificación: Albert Rivera es catalán, naranjito, etc. Parece que hasta ahora la estrategia de la descalificación gratuita, de vender el mensaje el PP o el caos, no está funcionando. Necesitará algo más que esto y su habitual asidero de la mejora de los índices macroeconómicos para evitar una sangría de votos.

Los nuevos en el Parlamento

Podemos y Ciudadanos se presentaban por primera vez a las elecciones andaluzas, y lograron unos resultados óptimos. Los primeros, con 15 diputados y menos de un año de existencia, consiguieron los escaños esperados. Esto demuestra que los máximos dirigentes de Podemos acertaron de lleno en las encuestas. Sin embargo, la misma Carolina Bescansa mandó un mensaje calcado al de Pablo Iglesias después de que Podemos se convirtiera en la revelación de las europeas: “Podemos ha nacido para ganar, no para ocupar un papel testimonial”.

El mensaje que mandaron los elecotres andaluces es algo ambiguo: por un lado, continuidad; por el otro, cambio ¿Por qué en Andalucía apenas llega al tercer puesto si a nivel nacional lidera algunas encuestas en intención directa de voto? Por dos simples razones. La primera, porque Andalucía, como decíamos antes, es el feudo tradicional del PSOE, y apenas se han trasladado votos desde los socialistas a Podemos, tal y como ocurre en el resto del territorio. Y la segunda, es el perfil de Teresa Rodríguez. Podemos trata de ganar las generales a través de una mayoría social mandando un mensaje moderado respecto a su ideología, primando la separación consistente en “los de abajo contra los de arriba” y dejando a un lado la separación tradicional de izquierda y derecha, centralizando así su postura ante el electorado y buscando la transversalidad aparte de sus propuestas típicamente de izquierdas. Mientras que Rodríguez pertenecía al sistema crítico de Izquierda Anticapitalista y siempre ha tenido un mensaje más radical que el que están transmitiendo sus compañeros desde Madrid.

Por su parte, Ciudadanos ha hecho suyo el “cambio sensato” con la entrada al Parlamento con 9 escaños. Juan Marín y sus compañeros ya han repetido en numerosas ocasiones que no le iban a facilitar el gobierno a Susana Díaz. Para cualquier posible pacto, Ciudadanos lo tiene muy claro en toda España: la línea roja es la corrupción. Y el PSOE está bajo sospecha en el famoso caso de los ERE, mientras que un pacto con los socialistas podría poner en duda a Ciudadanos para las elecciones que se avecinan.

Es curioso la ambigüedad en el mensaje que mandó el electorado andaluz el día 23: por un lado, unos quieren ganas de cambio, de ver cosas diferentes, así lo demuestran los resultados de Podemos y Ciudadanos y que el bipartidismo pasara del 80% de los votos al 62%; pero por otro, también se votó por la continuidad (mismo resultado del PSOE en 2012 en un contexto totalmente distinto y el PP, aunque ha pasado de 50 escaños a 33, ha conseguido 300.000 votos más que en las elecciones europeas).

Los grandes derrotados

La noche electoral andaluza también tuvo sus grandes derrotados. Izquierda Unida es uno de ellos, pasando de 12 a 5 escaños. La coalición de izquierdas ha perdido una amplia representación en el Parlamento, a la par que ha pasado de conseguir el 11,35% de los votos en 2012 al apenas 6,89% en 2015. Antonio Maíllo asumió la derrota, aunque asegura que no se va a rendir. También le apoyó Cayo Lara desde la coordinación federal. Muchos dicen que pactar con el PSOE en la anterior legislatura les ha pasado factura, pero la verdadera razón es que Podemos le ha comido la tostada totalmente a IU, tanto en Andalucía como en todos los lugares de España. La formación de izquierdas se encuentra en una etapa difícil y puede que pase a tener un papel meramente testimonial en el futuro panorama político nacional.

Y otro de los grandes derrotados es UPyD. Bien es cierto que en el 2012 tampoco consiguieron formar un grupo parlamentario, pero en las elecciones del pasado domingo obtuvieron casi 70.000 votos menos. Lo importante de este mal resultado es la escisión definitiva que ha podido producirse en el seno del partido magenta a nivel nacional. Han dimitido de sus cargos del Consejo Político y han pedido la dimisión de Rosa Díez personas tan importantes dentro del partido como Irene Lozano, Álvaro Anchuelo, Rodrigo Tena y David Andina. Además, muchos otros opinan como ellos, como Fernando Maura y Toni Cantó. Ciudadanos parece haber ocupado el espacio que ansiaba UPyD, y los malos resultados en Andalucía han hecho saltar por los aires la confianza incontestable (o eso parecía) en el liderazgo de Rosa Díaz, solamente puesto en duda hasta ahora por Sosa Wagner y pocos más.