India es el segundo país más poblado del mundo; el primero en producción cinematográfica. El 90 por ciento de su cartelera se llena de títulos nacidos de su gran industria, Bollywood. Con una taquilla marcada por el cine producido por y para su país, las películas extranjeras deben sufrir una exhaustiva criba antes de llegar a las pantallas. No todo es válido para los espectadores de este país asiático. Ni siquiera la versión "light" de Cincuenta sombras de Grey.
Universal, consciente de que la película sería vetada de primeras por su prisma erótico, retocó su metraje eliminando gran parte de las escenas más subidas de tono. Pero ni siquiera esta versión suavizada de las aventuras de Christian y Anastasia ha contando con el beneplácito de las autoridades del Central Board of Film Certification (CBFC), encargada de decicir qué se ve y se oye en sus salas.
Así, la adaptación de la novela erótica de E.L. James, protagonizada por Dakota Johnson y Jamie Dornan, se queda sin mercado indio, que se suma a una larga lista de países donde ya ha sido censurada: Malasia, Indonesia, Kenia, la región del Cáucaso Norte de Rusia, los Emiratos Árabes Unidos, Camboya y Papua Nueva Guinea. La versión "light" podrá verse en Filipinas y Zimbabue.
A por los 500 millones de dólares
Y mientras se le cierran las puertas de algunos mercados tan jugosos como el indio, Cincuenta sombras de Grey continúa su paso por el resto de taquillas internacionales con gran ritmo. En España continúa liderando la recaudación desde su estreno (ya van tres semanas consecutivas en el número uno) y, pese al descenso que ha sufrido en casa con los espectadores estadounidenses, la película se acerca peligrosamente a la barrera de los 500 millones de dólares (487 millones de dólares). Tal vez en la India no, pero en el resto de lugares tendremos Grey para rato.