Usted, lector o lectora, probablemente esté siendo vigilado(a) mientras lee este texto. Y no solo ahora mismo, sino en todo momento: cuando realiza compras con su tarjeta de crédito, envía un e-mail, o escribe una palabra en un buscador de internet. Esta es la principal denuncia de Citizenfour, en nombre de la “defensa” y la “seguridad” de las naciones, se está violando la privacidad de sus habitantes.

La periodista y cineasta Laura Poitras realiza este filme como cierre de una trilogía sobre Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre. La historia comienza cuando ella recibe una serie de correos electrónicos encriptados, enviados por un contratista de la CIA que decide destapar lo que él considera el uso irresponsable de la infraestructura de seguridad estadounidense, empleada a partir del 11-S para vigilar los movimientos de millones de personas.

Este contratista resulta ser Edward Snowden y este documental ofrece al espectador la oportunidad de apreciar en primera fila la experiencia de este personaje, que observa desde una habitación de hotel cómo sus filtraciones desestabilizan el orden mundial.

Ganador del Premio Óscar al Mejor Largometraje Documental, Citizenfour expone el sentimiento patriótico que exacerbó la paranoia persecutoria contra el terrorismo, presente en un amplio sector de la sociedad de Estados Unidos.

Sin dejar indiferente

Curiosamente, otra película nominada a los Premios de la Academia, El fracotirador, aborda este mismo tópico desde la mirada del campo de batalla, pero no para rebatir este supuesto patriotismo, sino para glorificarlo. ¿A qué jugará la Academia? ¿A repartir unas de cal y otras de arena? La Academia estadounidense es conocida por evitar en lo posible la polémica, por ende, premiar una película como Citizenfour, podría asumirse como un gesto “políticamente correcto”, que de cierta forma valida esa misma denuncia.

No es un secreto que esta Academia, que exalta la postura claramente patriótica de un autor como Clint Eastwood y contó en la ceremonia de premiación del 2013 con la participación de Michelle Obama, la esposa de un presidente duramente cuestionado en este documental, representa de muchas maneras unos valores norteamericanos relacionados con la exhibición del sistema de Hollywood y del star system como la cúspide del cine mundial, al que cualquier realizador o actor del mundo debería aspirar.

No es posible saber cuáles serían las intenciones de la directora del filme al postularlo a una convocatoria como la de los Premios Óscar, a sabiendas de la actitud conservadora de sus miembros y de estos valores que reivindica. De todas formas, la publicidad que otorga el premio configura a este relato en sí mismo como una grieta en el sistema comercial de Hollywood, una filtración que triunfó como el “espía” de la película: porque fue realizada y premiada dentro del sistema y porque hace parte de esas mismas dinámicas que pretende debatir.

Somos observados. Somos vigilados. Probablemente seamos sospechosos. Probablemente no. Por todo lo anterior, Citizenfour es una película que no hay que dejar pasar.

Título: Citizenfour.

Directora: Laura Poitras.

Año: 2014.

País: Estados Unidos.

Tráiler: