De los ocho filmes nominados a la categoría de Mejor Película en los Premios Oscar 2015, probablemente El francotirador ha sido la más comentada. Basada en el libro del mismo nombre, narrado en primera persona por el protagonista de los hechos, Chris Kyle, este filme ilustra la vida del que es considerado “el francotirador más letal en la Historia de los Estados Unidos” y pretende ahondar en la complejidad de un personaje que escoge ir a la guerra a desempeñar dicho rol por voluntad propia.

Personajes y Reparto

El padre: Ben Reed

Tomada de www.sandiegoreader.com

Existen muchos momentos cruciales en la infancia de cualquier persona y no es gratuito que el director del filme, Clint Eastwood, haya escogido una escena en concreto para contextualizar la procedencia del protagonista: Chris Kyle es un niño de ocho años al cual su padre ha enseñado a cazar y le insiste en que tiene el “don” de la buena puntería. Nacido en el seno de un hogar de clase media de Texas, devotamente religiosa, crece bajo la autoridad un padre fuerte que está dispuesto a castigar severamente a cualquier miembro de la familia que se muestre frágil y cobarde. Aquí se introduce al espectador en un leitmotiv narrativo que será recurrente y definitivo en el comportamiento de Chris Kyle como francotirador de élite, por una parte, su deseo manifiesto de defender su país a toda costa; por otra, su necesidad latente de proteger al más “débil” y dar su merecido al se atreva a lastimarlo.

El hermano menor: Keir O’Donnell

Tomada de www.nytimes.com

Una presencia que contrastará por oposición a los valores del protagonista. A merced del castigo del padre por su naturaleza débil y quebradiza, desempeñará el papel del fracasado que debe ser protegido. De cierta manera y muy de soslayo, este personaje recuerda la otra batalla, ya no la de las trincheras y las balas, sino la que libra diariamente el “triunfador”, ese hombre del siglo XXI exitoso, guapo y con mucho dinero. Ya que las habilidades de este hermano menor no son tan evidentes como las del mayor, es golpeado, absorbido y regurgitado por un sistema en el que no caben hombres y mujeres sin “talentos” ni “dones”. Un sistema en el que no hay lugar para los perdedores.

La esposa: Sienna Miller

Tomada de www.variety.com

Unos de los puntos más discutidos del filme. Al igual que la madre del personaje de Chris Kyle, la esposa también es ubicada en este relato como elemento decorativo, que al final, tiene que ser condescendiente con el abandono de un esposo que prefiere durante años la “profesión” de francotirador, antes que la vida de familia. Aparentemente, esta película reivindica unas lógicas culturales que son netamente masculinas. Las voces de los personajes femeninos se encuentran relegadas a un segundo plano y es por ello que a pesar del esfuerzo evidente de Sienna Miller, las escenas de amor están cargadas de un acento melodramático que raya lo inverosímil.

El francotirador: Bradley Cooper

Tomada de www.abcnews.go.com

Nominado en la categoría de Mejor Actor por este rol, Bradley Cooper carga en sus hombros la responsabilidad de encarnar un hombre que de entrada, resulta antipático por causa de su profesión, lo cual no debe ser sencillo. Es de resaltar que además de los cambios físicos, ponerse en la piel de un francotirador de élite supone plantearse unos dilemas éticos y morales que harían más compleja la interpretación de este personaje en particular, tan incómodo para el público, pero tan “correcto” para sí mismo.

Polémica

Después de una lectura rápida de la película saltan a la vista unos valores que podrían interpretarse como reaccionarios, aunque la postura ambigua del director no permite entrever si su intención es la de la crítica o la del homenaje; si pretende cuestionar estos valores, o reivindicarlos. No es la primera vez que este autor está en el ojo del huracán y para el caso de El francotirador, la incomodidad radica en que se muestra a un protagonista que escoge viajar al otro lado del mundo para liquidar al enemigo (entiéndase “enemigo” como niños y mujeres, ocasionalmente). Un protagonista que asiste y repite esta inmersión en el infierno porque quiere.

Este relato expone esas incomodidades de la guerra en un tono heroico, el mismo tono que destapa el verdadero meollo del asunto: tal parece que un amplio sector de la sociedad de Estados Unidos está dispuesto a premiar y glorificar la guerra. Ya sea porque la aprueba, o porque decide voluntariamente hacer parte de ella. Y declarar en voz alta todo lo anterior, tiene sus consecuencias.

¿Controversia rentable o reflexión seria?

Cabe anotar que mal que bien, esta película es un relato ficcional. Basado en hechos reales, sí, pero ficcional. ¿Qué hubiera pasado si el filme hubiera sido dirigido por Steven Spielberg, como se anunció en un comienzo? ¿También hubiera sido acusado de mostrar una paranoia racista disfrazada de patriotismo? ¿Habría respondido a otra clase de agenda política? Nunca se sabrá. Lo que sí es cierto es que ante el panorama del cine actual, lleno de relatos y personajes “correctos”, en el que la transgresión premeditada se vuelve pose y los contenidos anti sistémicos brillan por su ausencia, tanta incomodidad reaccionaria no puede menos que derivar en discusiones serias y relevantes. Tanta incorrección aparente, puede ser útil para generar debates muy pertinentes que quizás tengan un alcance más profundo y reflexivo que el de las salas de cine, precisamente por ser expuesta sin maquillaje en la pantalla gigante.

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