Cartagenera de nacimiento, Lorraine Cocó se dedica a su familia y a la escritura a tiempo completo. Era una escritora que se autopublicaba hasta que una editorial se interesó por sus novelas. "Para mi fue realmente impactante", reconoce la autora.
Ayer se personaba en la Fnac Callao junto a otros escritores de novela RA (Romántica Adulta) para presentar Amor en cadena, que consta de cuatro historias muy distintas con un nexo en común: sus personajes. "Los secundarios de la primera cobran protagonismo en la segunda, y así sucesivamente", comenta Lorraine para explicar que "en una parte los presento al lector y luego decido concederles una historia; así es como voy encadenando la serie."
Los personajes secundarios de cada historia se convierten en protagonistas en la siguiente entrega
Compuesta por los títulos Perdición texana, Ríndete, mi amor, Unidos por un ángel y Gotas de chocolate y menta, cabe recordar que los tres primeros llevaban bastante tiempo guardados en un cajón. De hecho, Cocó reconoce que los escribió hace "la friolera de dieciséis años". Al releerlos mucho tiempo después se dio cuenta de que había cosas que quedaban "desiertas". "Yo siempre que leo algo sobre unos personajes en concreto me hago la misma pregunta: ¿Qué ocurrió con ellos un año después? Esta vez he tenido la oportunidad de aventurarme con una cuarta historia en la que despejo todas las dudas". Es más, la cartagenera definió este último relato como "la guinda del pastel".
Lorraine reconoce creer absolutamente en el amor a primera vista, algo que le funciona tanto en la vida real como en el mundo ficiticio. En cuanto a sus personajes, le gusta "enamorarlos rapidito, en cuanto se ven, para que luego se peleen, discutan, etc."
"Cuando no puedo viajar a algún lugar, me traslado allí a través de mis novelas"
Su trabajo de documentación fue "muy divertido". "Me encanta viajar y, cuando no puedo hacerlo, localizo en ese lugar al que me gustaría ir una novela. Me lo paso bomba en Google Earth haciendo como que me pateo sus calles; es algo que me fascina y me sirve como terapia", asegura la escritora, quien se define como “un poco yankee” y reconoce que su fascinación por Estados Unidos le llevó a trasladar allí las aventuras relatadas en Amor en cadena.
Con motivo del V Encuentro Yo leo RA, comentó que la novela romántica vive "un momento muy dulce" que "debemos aprovechar". En este sentido, se refirió muy especialmente a las recientes exportaciones de ficción española que "hacen posible que nos lean fuera".
