Desde que la prensa tuvo conocimiento del proyecto que Richard Linklater se traía entre manos, la expectación fue total. Una película grabada a lo largo de doce años, desde 2002 hasta 2013, ambos inclusive. Un hito en la historia del cine, una idea ambiciosa que pretendía someter al espectador a una experiencia única: asistir al crecimiento y madurez real de los actores a través de lo largo de la película debido a esta grabación dilatada en el tiempo.

Decía Linklater en una entrevista que "la verdad solo puede expresarse a lo largo de una trayectoria en el tiempo". Esa parece ser una de las máximas de su cine. El director tejano ya había sorprendido con su trilogía Antes de... (Before Sunrise, Before Sunset y Before Midnight), en la que asistimos a la relación de los protagonistas, Jesse y Celine, a lo largo de tres trabajos separados varios años entre sí (dieciocho entre la primera y la última).

Boyhood es también un proyecto grandioso, una idea pretenciosa que, sin embargo, Linklater decidió ejecutar con una sencillez asombrosa. El filme narra la infancia y adolescencia, la juventud de Mason Evans Jr., un chaval de seis años que vive en Texas con su familia. Lo único, lo insólito de la película es el modo de concebir la vida de Mason. No se trata de una sucesión de eventos cruciales, que son muchas veces tratados de forma tangencial. La cotidianeidad, la sencillez con la que se narran estos doce años conmueve al espectador. No hay crescendos, ni clímax. La vida no es solamente los grandes momentos, sino muchas veces enormes dosis de banalidad y días corrientes, que no parecen llamar nuestra atención hasta que son vistos con perspectiva. La narración fluye de forma suave, despreocupada, sin marcar los hitos decisivos ni el paso de los años mediante rótulos u otros elementos visuales. "En la vida no hay barreras", le dice a Mason su padre, interpretado por Ethan Hawke. La película destila autenticidad, naturalidad y nostalgia por los cuatro costados.

Boyhood (Foto: Ouest France)

El error en que se puede incurrir al analizar la obra es el de reducirla a un mero ejercicio estético, innovador en su forma de producción. Lo que conmueve al espectador no es tanto su revolucionario planteamiento, sino la cercanía, la cotidianeidad y la verosimilitud de lo que ve en la pantalla, la humildad y modestia con la que es narrado el inexorable paso del tiempo.

El encanto de Boyhood radica precisamente en eso, en la empatía que crea con el espectador. En que de lo pequeño se obtiene algo épico. En que es como la vida. A veces pasan cosas y a veces, simplemente, no pasa nada. A veces, menos es más.

Una historia sin trama

La película cuenta doce años de la vida del joven Mason. El único argumento es acompañar al protagonista a lo largo del paso del tiempo, desde que tiene seis años hasta que con dieciocho, se va de casa rumbo a la Universidad. No hay incógnitas ni conflictos argumentales a resolver. En el transcurso de los años asistimos a la separación de sus padres, a las muchas peleas con su hermana mayor, a la evolución de la relación con sus progenitores y las nuevas familias de estos, a su reacción ante la violencia y las injusticias, a su primer fracaso sentimental, al despertar de su verdadera vocación y un largo etcétera. Una serie de momentos que en definitiva nos muestran cómo Mason abre los ojos a la vida.

Ellar Coltrane es Mason en Boyhood (Foto: DVDizzy).

Reparto

El rodaje se prolongó doce años, a lo largo de los cuales Linklater filmó a los actores durante treinta y nueve días en total. El proceso de grabación fue altamente inusual (tan solo unos días al año), y los actores no firmaron nigún tipo de contrato hasta el séptimo año.

El reparto de la película está encabezado por Ellar Coltrane. Con toda probabilidad, el actor no vivirá otro proyecto como este, en el que más que interpretar a Mason, podría decirse que se ha interpretado a sí mismo. Ambos son uno, un chaval al que vemos crecer, cumplir años y atravesar etapas de una forma mágicamente real. La hermana de Mason, Samantha, es interpretada por Lorelei Linklater, hija del propio director.

Los padres de Mason y Samantha son el referente a nivel interpretativo de la película. Patricia Arquette se mete en la piel de una madre coraje, con la que el espectador empatiza desde el primer momento. Una mujer real e íntegra, con sus fallos y sus debilidades, que no obstante se sobrepone a todo para intentar sacar a su familia adelante, y que nos brinda momentos maravillosamente emotivos (como el de la marcha de Mason a la Universidad). Una Patricia Arquette sensacional y cercana, que lo tiene todo de cara para llevarse la estatuilla a la que aspira. Por otra parte, Ethan Hawke interpreta al padre y su personaje, inmaduro, irresponsable, casi adolescente y al que que vemos crecer a lo largo de la cinta como al propio Mason, ofrece situaciones más relajadas e incluso cómicas. Hawke ya había trabajado previamente con Linklater en la triología Before.

Linklater se aleja de tópicos y clichés y diseña a los personajes de un modo asombrosamente humano. No son héroes ni están idealizados, y eso imprime a la película un realismo brutal, que permite al espectador crear una conexión muy íntima con todos ellos.

Taquilla

En términos de taquilla, y teniendo en cuenta el carácter independiente del filme, podría decirse que Boyhood ha sido un éxito. Ha recaudado más de 25 millones de dólares en los Estados Unidos, a pesar de no haberse colado nunca entre las 10 películas más taquilleras en las estadísticas semanales. A nivel mundial, ha facturado otros 19 millones de dólares hasta los 44 en total, sumando ambas cifras. En España, Boyhood fue la sexta película más taquillera en su semana de estreno, y ha conseguido una recaudación de más de un millón y medio de dólares. Si tenemos en cuenta además que el presupuesto de la película apenas superó los 4 millones, puede decirse que Boyhood ha sido un proyecto extremadamente rentable.

Premios conseguidos

La cinta fue presentada en enero de 2014, en el pasado Festival de Sundance. Si bien conmovió a la prensa, obteniendo magníficas críticas que hacían presagiar un futuro prometedor para la película, pasó desapercibida en el palmarés del certamen. Tuvo que esperar hasta su presentación en la Berlinale para comenzar a acumular galardones. El primero fue el Oso de Plata al Mejor Director y desde entonces, la lluvia de premios no ha hecho más que arreciar. Boyhood cuenta ya en su haber con tres Globos de Oro (Mejor Película Dramática, Mejor Director y Mejor Actriz de Reparto para Patricia Arquette) de los cinco a los que optaba. En los Premios BAFTA repitió esos tres premios de nuevo (Mejor Película, Director y Actriz de Reparto), tras haber sido nominada en las mismas cinco categorías. En los Critics Choice Awards consiguió nuevamente los galardones en las tres categorías mencionadas, llevándose además el Premio a Mejor Actor Joven, por el trabajo de Ellar Coltrane. Además, la película ha sido laureada en numerosas asociaciones locales de críticos de cine: Nueva York, Boston, Los Ángeles, San Francisco, Washington, etc., que han condecorado tanto la obra en sí como la labor de Linklater como director. Boyhood podría aumentar esta extensa lista de premios en las próximas semanas: además de su futuro en los Oscars aspira a siete Satellite Awards, a cinco Independent Spirit Awards y al francés Premio César a la Mejor Película Extranjera.

El equipo de la película en los premios BAFTA del cine británico, donde obtuvieron tres galardones (Foto: BBC).

La carrera por el Oscar

Boyhood ha obtenido seis nominaciones a los premios de la Academia estadounidense del cine:

- Mejor Película: Aunque cuenta con peligrosas contrincantes como Birdman o El Gran Hotel Budapest, Boyhood parte como la gran favorita al máximo galardón, tras el éxito conseguido en los Globos de Oro, los BAFTA y demás premios mencionados. En su contra, el haber perdido en los premios del Sindicato de Actores, y los de la Asociación de Productores a favor de Birdman.

- Mejor Director (Richard Linklater): Esta categoría promete ser un duelo épico entre Linklater y Alejandro González Iñárritu, nominado por Birdman. Hasta ahora, el estadounidense se había impuesto al cineasta mexicano, pero el triunfo de este en los Directors Guild Award (y la correspondencia que suele haber tradicionalmente entre este premio y el Oscar de la Academia) equilibra aún más la balanza.

- Mejor Actriz de Reparto (Patricia Arquette): Desde que se inició la temporada de premios, Patricia Arquette ha resultado vencedora en prácticamente todos los que han estado en juego. Es, sin duda, la opción más segura del filme a llevarse una estatuilla. Ni siquiera el magnífico papel de Emma Stone en Birdman puede hacer sombra a una Arquette superlativa, que se llevará el Oscar salvo sorpresa mayúscula.

- Mejor Actor de Reparto (Ethan Hawke): El actor ha recibido recompensas en forma de nominaciones en la gran mayoría de los premios importantes de la temporada, pero no ha conseguido llevarse ningún galardón. J.K. Simmons por Whiplash o incluso Edward Norton por Birdman tienen muchas más opciones.

- Mejor Guión Original: Otra lucha a tres bandas. Como en la categoría de Mejor Película, Birdman, Boyhood y El Gran Hotel Budapest lucharán, salvo sorpresa, por llevarse la estatuilla, pero en este caso, la película de Wes Anderson puede hacer más daño a sus rivales tras haberse llevado el BAFTA.

- Mejor Montaje: Se trata de una categoría tremendamente abierta, en la que, a tenor de las apuestas, Boyhood tiene bastantes opciones pero tampoco sorprenderían las victorias de Whiplash o, incluso, El Francotirador.