El pasado 5 de julio, Lana del Rey aterrizó en España para presentar su segundo álbum Ultraviolence, producido por Dan Auerbach -líder de The Black Keys-, en el Festival Vida celebrado en Vilanova i la Geltru, localidad situada en la provincia de Barcelona. 

Envuelta en un minivestido verde con mangas murciélago y descalza, irrumpió en el escenario dispuesta a hacer disfrutar a los miles de asistentes con su frágil y rasgada voz. Se entregó a completamente a sus fans, con los que se marcó un gran detalle al bajar a mitad del concierto para firmar autógrafos, repartir besos y hacerse selfies.

Éste es el tercer verano consecutivo que actúa en nuestro país, y aunque venía con nuevo disco bajo el brazo, la cantante se ha apoyado sobre todo en las canciones de su exitoso primer disco “Born to die”.

Lana hizo de la escasa hora de concierto la más mágica del festival

En un entorno natural y bucólico, Lana hizo de la escasa hora de concierto la más mágica del festival. Melancólica y mágica como siempre, la cantante entonó sus mejores y más conocidos éxitos, junto a nuevos singles como "Ultraviolence" o "West Coast".

Con el éxito que está teniendo su último álbum se comprueba que lo que en un principio pudo parecer un simple producto de marketing, hoy es la confirmación de una de las voces que pasarán a la historia de la música.

Del Rey era la gran apuesta del Festival Vida, que con formato amable y un ambiente familiar lleva ya celebrándose 10 años. Todavía queda una noche, pero sin duda, el éxito con la cantante como cabeza de cartel estaba asegurado.