La censura cinematográfica no solo ataca al metraje o a la calificación por edades de una película, también controla todo el universo de marketing y publicidad que se genera en torno al deambular de la película por las salas de medio mundo. Esto incluye los famosos carteles publicitarios, aquellas imágenes con las que las producciones sacan a relucir sus mejores atributos a la espera de atraer al espectador a las salas. 

A veces, es inevitable que esta estrategia de marketing caiga en el sensacionalismo o en el mero morbo, alimentando las ilusiones del público con imágenes violentas, sexuales o simplemente polémicas. Ya lo dicen: "No me importa si hablan bien o mal, lo que importa es que lo hagan". 

Con la polémica del cartel de Eva Green en Sin City 2 aún dando coletazos por la red (la actriz ha asegurado que no es para tanto dado que "no estoy desnuda"), Cine VAVEL repasa algunos carteles cinematográficos que han mutado por exigencias de la censura. ¿De verdad eran para tanto? Juzguen ustedes mismos.

La piscina (Jacques Deray, 1969)

Los funcionarios del entonces ministerio de Información y Turismo de España revisaban todo el material cinematográfico que emitía las pantallas del franquismo. El filtro que por aquel entonces afectaba a todo lo que se emitía en nuestras fronteras, también se encargaba de censurar, mutilar o corregir aquellos excesos que se observaban en el material destinado a la promoción de filmes como pueden ser los carteles o pósters. Es lo que sucedió con el cartel original de La Piscina, el drama criminal de nuestros vecinos franceses, protagonizado por Alain Delon y una sensual Romy Schneider. ¿Encontráis la diferencia?