Las aguas vuelven a su cauce. Tras una jornada inaugural desastrosa, con Grace of Monaco como epicentro de la tormenta mediática, el Festival de Cannes regresa a su majestuosidad y a la calidad que siempre le ha caracterizado. Precisamente por las malas sensaciones que despertó entre los presentes el filme de Olivier Dahan (recordemos, fuera de competición), es que los dos títulos que inauguraron la sección oficial en la segunda jornada fueron recibidos como agua de mayo. El éxito de uno de ellos era más que previsible dado que se trata de la última criatura de un viejo amigo del certamen: Mr. Turner de Mike Leigh. Sin embargo, la sorpresa de la jornada llegó bajo el nombre de Timbuktu, del director mauritano Abderrahmane Sissako.
El primer título en dar el pistoletazo de salida a la competición de la 67 edición del Festival de Cannes fue Timbuktu. Abderrahmane Sissako regresa por tercera vez a Cannes con este drama de denuncia social sobre el fundamentalismo religioso, una dura realidad que azota a buena parte del continente africano con especial atención en su país natal, Mauritania. Una realidad desgarradora y silenciosa a la que los medios de comunicación, según denunció el propio realizador, hacen oídos sordos.
Sissako sorprende con un retrato crudo y realista del fundamentalismo religioso
Lo cierto es que Timbuktu nació con vocación de documental, tal vez por ello la ficción se viste de realidad con una sencillez y maestría desbordantes. A través de los personajes ficticios de Kidane, Fátima, Toya e Issan, Sissako se rebela contra el régimen de terror que reina en la ciudad maliana de Tambuctú. A través de todos ellos traslada el día a día de una sociedad marcada por una terrible historia real: una joven pareja fue lapidada por vivir su amor sin estar casados. Su sinceridad para con la cámara fue premiada por los asistentes con un sonoro aplauso al final de la proyección. Sin duda, Timbuktu protagonizó la primera gran sorpresa de la programación oficial.
El reparto de Timbuktu en Cannes. (Foto: FDC / C. Duchene).
Mike Leigh y su retrato del "pintor de la luz"
El siguiente en hacer acto de presencia en el Teatro Lumiére (donde se proyecta buena parte de la sección oficial) fue el inglés Mike Leigh. Quinta vez que se presenta en la Croisette y primera vez que lo hace con un drama biográfico, titulado Mr. Turner. A lo largo de dos horas y media de metraje, Leigh pincela esbozos de uno de los pintores románticos más importantes, J. M. Turner. "Fue un gran pintor, sublime, radical. Resultó sencillo crear un contenido interesante a partir de la vida de un hombre tan fascinante", explicó Leigh ante la prensa congregada en la riviera francesa.
Leigh esboza las luces y las sombras de un genio de las artes plásticas
Un artista con sus luces y sus sombras, a pesar de su apodo, "el pintor de la luz"; un genio de las artes plásticas que encuentra rostro cinematográfico en la figura de Timothy Spall, actor fetiche de Leigh, con quien ya trabajó en la ganadora de la Palma de Oro en 1996, Secretos y mentiras. Spall reconoció este jueves que dedicó dos años de su vida a recibir clases de dibujo y pintura. No obstante, el reto del personaje no radicaba en su faceta profesional sino en la personal. "Trabajé sobre sus emociones, su relación con su madre le dejó cicatrices en el corazón, sufría una total disfunción emocional, en especial con las mujeres", concretó Spall, quien se postula como un firme candidato a llevarse el premio a mejor actor con este biopic, que despertó el entusiasmo de la prensa especializada. En definitiva, otro título del británico que gusta en tierras francesas.
Si te perdiste la gala de inauguración, podéis verla en el siguiente enlace.
AGENDA DEL VIERNES 16 DE MAYO:
Además del estreno, fuera de competición, de Cómo entrenar a tu dragón 2, la sección oficial acogerá las proyecciones de Captives, de Atom Egoyan, y Winter Sleep, de Nuri Bilge Ceylan.