Nos abrió las puertas de su casa aunque solo fuera virtualmente, porque estamos a unos cuantos kilómetros de distancia, pero parafraseando a Alejandro Sanz “no hay distancia que esté lejos” gracias a la tecnología. La facilidad de hacer las cosas cuando alguien te brinda su sencillez y te cuelas en su casa con un café virtual echado entre amigos.
Antonio Cuadri, guionista y director de cine y televisión Onubense de cuna, lleva años haciéndose grande dentro del panorama del cine y la televisión en España. Con más de 60 producciones en su haber, Cuadri fue director durante los 90 de Lo + Plus y Las noticias del guiñol, responsable de la creación de la famosa serie española Al salir de Clase, y dirigió a Salma Hayek en su primer largometraje como director y guionista en La Gran Vida (2000). El año pasado se llevó el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Islantilla por Lo que ha llovido (2013).
Pregunta: Tiempos difíciles para el cine, el teatro, las artes y todo en general y la cultura en particular. ¿Qué piensa del IVA a la cultura?
Respuesta: Si hay una industria que necesita un apoyo es el cine y el teatro. Me parece una equivocación grande del ministro y de este gobierno. Cuando se le pregunta que cuál cree que es el problema de las salas vacías en el cine español, hay que hacer una síntesis: una gran parte de guionistas, productores y directores no han tenido en cuenta al público... Además hay que tener en cuenta la modificación de los hábitos y la sociedad. En España nos hace falta una conciencia del pago por visión, aunque sean 50 céntimos si queremos verlo cómodamente desde casa. Es imposible simplificarlo en solo algunos motivos, pero se desperdició en la época de Pilar Miró, la oportunidad histórica de copiar la Ley Francesa del Cine. No es nada original que lo diga yo, el gran cineasta Fernando Fernán Gómez, ya dijo: -aquí necesitamos traductores- y era para copiar literalmente la ley francesa. Ellos tienen un apoyo a la distribución y a la exhibición que es fundamental y eso ha permitido durante décadas que guionistas, directores, y productores le tomen el pulso al público".
"Fue maravilloso hacer televisión para gente que odia la televisión"
P: Con más de 60 producciones entre televisión, cine o videoarte, ¿con cuál se queda?
R: La paella y el potaje de garbanzos me sale muy bien. De mis películas y trabajos de tv que he hecho... los que tienen la oportunidad de haber degustado las dos cosas se quedan con la comida. Ayer hice unas lentejas riquísimas, estoy más orgulloso de las lentejas que de cualquier cosa de las que he hecho (risas). Recuerdo con mucho cariño la época de 95-96, la etapa de Canal+, Las noticias del guiñol y Lo+plus. Es una época irrepetible, vanguardista con muchos medios, nuestro lema era "hagamos televisión para la gente que odia la televisión". También la experiencia del rodaje de la película de La buena voz en Bilbao, un gran actor como José Luis Gómez, uno de los mejores trabajos de José Luis y de los que yo también estoy personalmente más satisfecho.
"Hay que ser humilde, dentro de este mundo hay mucha gilipollez"
P: ¿Qué es lo que nunca se debe hacer en el cine?
R: Uno aprende de los errores, ajenos y propios. Reivindico siempre la sencillez de este trabajo. Yo no creo que sea más importante la labor que está haciendo un médico, un agricultor o un albañil. Hay mucha magia que se debe aprovechar pero lo digo en voz alta, también hay mucha gilipollez y mucha tontería y mucho engreimiento, y muchas veces perdemos el norte. Hay que reivindicar la humildad y la sencillez de la vida enfocado en un trabajo que tiene magia como el cine, parafraseando a François Truffaut, "quién ama la vida ama el cine". La clave de una película es un buen guion y unos actores bien elegidos y un director que no estorbe. Un director tiene que elegir bien a los actores, si eso está conseguido el 90 por ciento del trabajo de dirección está ya hecho. El problema es cuando el director intenta moldear o cambiar la energía de un actor que está mal encajado en el papel, por mucho que lo intente no funcionará. Muchas veces el director tiene que tener muy claro lo que debe hacer y donde tiene que dar un paso atrás.
P: ¿Cómo se consigue financiación hoy en día para sacar adelante un proyecto?
R: Se ha bipolarizado mucho. Hay un tipo de películas de un coste intermedio que se hacía con las ayudas de las televisiones y está casi desapareciendo porque tiene mucho riesgo. O haces algo muy independiente, muy sostenible del tipo Tomás vive (2014), mi última película. También puedes hacer una co-producción, una historia con la participación de varios países que divida los riesgos. Ése es el camino, lo que posibilita esta revolución digital a un cine low-cost que tiene que estar por supuesto bien hecho, bien escrito. Lo malo es el quiero y no puedo, hacer las cosas sin el coste necesario.
P: Ya que ha nombrado su último trabajo, Tomás vive, que nos puede contar de él.
R: Todo apunta que se estrene el próximo otoño, puede que en noviembre u octubre. Tomás vive ( Click aquí para ver el tráiler) es una película independiente, un poco experimental. Es una reflexión, un homenaje al mundo de la interpretación, a esos actores que hacen teatro y hacen alguna sesión de televisión o cine para llegar a fin de mes. El largometraje habla de un grupo de actores que se encierran en el monasterio de San Isidoro del Campo, Mario, el director de la compañía, se encuentra incómodo ya que su ex mujer, Isabel, forma parte del elenco de la compañía que ensaya la obra. Antonio, que interpreta a Moro, sufre una crisis y está a punto de abandonar el montaje. Es una historia de la que yo estoy muy contento y muy satisfecho, que le pasa como a las lentejas de ayer.. que ha quedado muy bien (risas). Es para un público muy determinado. Para amantes de la buena interpretación, tanto del cine como de teatro y del cine independiente.
P: Para terminar la entrevista, ¿qué le diría a los nuevos directores? A aquellos que están empezando y que tienen ilusión y vocación.
R: Les ha tocado vivir una época difícil, aunque no soy nadie para dar consejos.. en vista a mi experiencia que no es poca, les diría que no descarten el mundo de la cocina (risas). Bromas aparte, ya lo dijo alguien, hay una patología para el cineasta, el cine no es una vocación ni un oficio, es una enfermedad. Que hagan de todo por hacer la película, pero eso sí que tengan la seguridad de estar ante un guion que merece la pena ser rodado. Que yo he vivido una época que para hacer los cortometrajes había que incluso robar la película. Nos paramos entre risas y es una pregunta inevitable,
P: ¿A qué se refiere con robar la película?
R: Pues que confieso que la única vez que he robado algo ha sido película de súper 8 y no me arrepiento. Pero ahora estamos en una época en la que ya no hace falta, la revolución digital nos permite hacer muchísimas imágenes y sonido con un coste reducido, les recomendaría hacer muchos cortometrajes, mucha práctica y a la hora de dar el paso para hacer el largometraje que estén muy muy seguros que hay un verdadero guion. Y también sobre todo que los directores de cine deben de ser un poco actores, deberían pasar por la experiencia de interpretar, para tenerle respeto y conocimiento al mundo del actor y dirigirlos mejor y desde luego no concibo un director que no haga una interpretación profunda de su guion y que maneje muy bien los entresijos narrativos de que lo que tiene entre manos es una buena historia que contar.