Steel defendía que si podía filmar la caída de los suicidas sería capaz de grabar la manifestación exterior de los demonios interiores que los humanos llevamos dentro. El director no pretende en ningún momento juzgar a las víctimas, sino reflexionar sobre el punto de crisis que puede sobrepasar un ser humano y poder comprender los motivos. El documental entremezcla unas imágenes preciosas del Golden Gate rodado con las de los transeúntes que deciden abandonar su vida en el hierro rojo del puente.
El documental no pretende juzgar a la víctimas sino comprender sus motivos
Las polémicas se apoderaron del documental cuando se estrenó. Una de las polémicas se centró en las entrevistas de los familiares y amigos. Varias fuentes aseguran que éstos desconocían las filmaciones mientras que otras aseguran que los familiares sabían lo que se había filmado y aceptaron aparecer en el documental. Durante el rodaje el proyecto fue mantenido en secreto para evitar que alguien atentara contra su vida en el puente solo para quedar inmortalizado en una película.
Una polémica de corte ético se centró en el hecho que, dado que el documental recoge varias imágenes de individuos caminando por el puente y saltando al vacío, Steel no avisara a las autoridades sobre los intentos de suicidio. El director manifestó de la siguiente manera: "Desde el principio entendimos que si alguien caminaba solo, con aspecto triste y mirando el río, debíamos filmarlo, pero esto no significaba que debiéramos llamar a la policía. Decidimos que sólo intervendríamos cuando alguien se descalzara, se sentara en el exterior de la barandilla o cuando realizara una acción así de obvia, ya que en esos casos evidentes sus vidas eran más importantes que nuestra película".
Otro motivo de controversia fue cuando los oficiales del Golden Gate levantaron cargos contra Steel por engañarlos respecto a sus intenciones ya que el director aseguró que su objetivo era capturar la poderosa y espectacular intersección entre el monumento y la naturaleza. Steel consiguió que le concedieran un permiso para grabar en el puente por varios meses. Durante ese tiempo logró registrar diecinueve de los veinticuatro suicidios conocidos que se llevaron a cabo ahí durante el año 2004.
The bridge sirvió para que se instalase un sistema de protección en el Golden Gate y reabrió el debate acerca el suicidio, un tema tabú en las sociedades más desarrolladas que hoy en día provoca más muertes que los conflictos bélicos, el sida y los accidentes de tráfico juntos.