Jornada de novatos en el Festival de Málaga. El cuarto día de competición en la sección oficial ha sido para dos cineastas que debutan tras la cámara: Álex Pina y Carlos Marques-Marcet; sus óperas primas, Kamikaze y 10.000 km, respectivamente. Dos títulos visual y temáticamente diferentes que han pasado por el Teatro Cervantes dividiendo a la crítica especializada. Sin duda, Kamikaze era la más mediática de la jornada. No solo porque esté arropada por Atresmedia, sino porque cuenta con uno de los repartos corales más reconocidos del panorama nacional actual: Álex García, Verónica Echegui, Carmen Machi, Leticia Dolera o Ivan Massagué. El filme cuenta la historia de Slatan, un terrorista con un pasado de odio hacia Rusia que decide inmolarse en un avión de esta nacionalidad con destino a España. Sus planes cambiarán de un plumazo cuando, por culpa de un fuerte temporal de nieve, tenga que quedarse atrapado en un hotel con aquellas mismas personas a las que pretendía matar en el ataque. El debut del productor televisivo Álex Pina como realizador es un "canto a la vida", como él mismo ha reiterado ante los medios; una historia de segundas oportunidades que aúna thriller, comedia y drama. Un cóctel de géneros por el que precisamente la cinta flojea. Con una factura impecable, la película muestra sus mejores cartas cuando transita por la vía de la comedia. Es precisamente en este género donde la historia está como pez en el agua, gracias en gran parte al carisma de dos actores en estado de gracia, Eduardo Blanco y Carmen Machi. Álex García tuvo que aprender ruso para dar vida al protagonista Es cierto que Kamikaze logra crear una atmósfera de tensión y acción en determinados momentos, aunque sin poder evitar que el espectador caiga en la sensación de algo "mil veces visto". Pero donde realmente hace aguas es en el drama. En un intento desesperado del guion por mostrarse más adulto de lo que pretende, y puede, ser termina recurriendo a clichés sentimentalistas que no le favorecen y que restan brillantez al resto del metraje. Aún así, Pina ha insistido esta mañana en que no pretendía hacer una película reivindicativa ni "árida": "Queríamos construir una fábula, lo que invita a un juego con el espectador, y no contar una reivindicación social árida". Rodada en Huesca con parajes nevados naturales y a menos 20 grados de temperatura, Kamikaze no solo ha puesto a prueba a su novato director, también a su protagonista, Álex García, el cual tuvo que aprender ruso para encarnar a Slatan, habitante de un país inventado, Karadjistan, y que siente un profundo odio por Rusia, país opresor de su pueblo. "Viajé 10 días a George para saber qué le podía pasar a este personaje. La gente de aquella región ha sido aplastada históricamente y tiene una mirada que no se puede interpretar", ha explicado esta mañana ante los medios el actor, conocido en la pequeña pantalla por Tierra de Lobos. Kamikaze se estrenará el próximo viernes en el resto de salas españolas. Una película amable y con una impecable factura que, sin duda, hará las delicias del público en general, aunque no es probable que rasque nada del Festival de Málaga. Las nuevas tecnologías facilitan las comunicaciones a distancia. Pero, ¿también ayudan a mantener viva la llama del amor? Bajo esta premisa se ha presentado 10.000 km, ópera prima de Carlos Marqués-Marcet y sexta película en competir en la sección oficial del Festival de Málaga. La estrella internacional Natalia Tena, muy conocida por su participación en la ficción Juego de Tronos, y el humorista catalán David Verdaguer, son los dos únicos protagonistas de este drama sobre relaciones a distancia con las redes sociales como hilo conductor. Álex y Sergi viven felices en Barcelona imaginando el día en que serán padres. Pero sus planes cambiarán de rumbo cuando a Álex le concedan una beca de un año para trabajar en Los Ángeles. Sergi, que estudia oposiciones, decidirá quedarse en Barcelona y mantener así una relación a 10.000 km de distancia. "Me interesaba crear un personaje femenino fuerte y mostrar el cambio de roles actuales", ha explicado ante los medios su director, Carlos Marqués-Marcet, a quien le surgió la idea del largometraje cuando vivió en su propia piel el exilio a California. La gran química de los protagonistas, lo mejor de la película Rodada en dos sets, en los cuales los actores protagonistas no podían verse físicamente (solamente a través de la webcam), 10.000 km es un drama que, si bien parte de una premisa original, poco a poco va perdiendo fuelle con el paso de los minutos. Los constantes planos de videollamadas a veces resulta demasiado lento para un espectador que ve cómo poco a poco la relación de los protagonistas comienza a deteriorarse por la necesidad de poder amarse piel con piel. "Yo nunca lo he usado. Es algo que separa mucho a la gente", ha explicado su protagonista Natalia Tena de las redes sociales. 10.000 km supone el primer papel en español de la intérprete inglesa de ascendencia española, todo un reto que superó con muchas horas de ensayos "entre gin-tonic", como ha bromeado en la rueda de prensa junto a su compañero David Verdaguer. Ellos dos son precisamente la gran baza de esta película. Es indudable la química que existe entre ellos y eso permite que nos identifiquemos con su sufrimiento, sus anhelos y sus desesperanzas. Desafortunadamente, el guion no daba para más y eso se ha notado en la percepción general de la prensa. El público podrá valorar por sí mismo el 16 de mayo, día en el que está fijado su llegada a los cines españoles. Carlos Marqués-Marcet, Natalia Tena y David Verdaguer, esta mañana en Málaga 10.000 km, amor multimedia
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