Kane ha vivido toda su vida generando la opinión de los demás. A la cabeza del New York Enquire (el primero de muchos) comienza su andadura en la prensa sensacionalista, un periódico mediocre que en poco tiempo se pone a la cabeza de la prensa nacional. Charles Kane pasa de dirigir un periódico a ganarse la confianza de los lectores y las opiniones, su fortuna se incrementa y todas sus ambiciones se vuelcan en la política. De magnate de la prensa a presidente, pero su carrera política se ve emborronada debido a un episodio de su vida privada que no podrá (ni querrá) subsanar.

Los últimos días de su vida la pasa en la suntuosa finca Xanadú, en la cual muere pronunciando las palabras "Rosebud" y dejando un misterio tras de sí. Las investigaciones que lleva a cabo Jerry Thompson para dar al luz a la misteriosa palabra de Kane, se transforman en recuerdos y flash-back de la vida de Kane.

Orson Welles, un visionario

Siendo aun un desconocido un Welles con 23 años impresionó a todos los Estados Unidos con su interpretación radiofónica de La guerra de los mundos. La dramatización hecha por Orson Welles fue tan espectacular que la escucha creyó que de verdad estaban siendo atacados por extraterrestres.

Este episodio le otorgó a Welles fama y prestigio, además de la confianza de la RKO para hacer su propia película con total libertad. La confianza ciega de una productora en un autor novel era tan escasa entonces como lo es ahora, pero tras varios intentos de sacar adelante una historia, Orson Welles encontró la idea adecuada.

El guion de Ciudadano Kane, lo escribió junto a Herman Mankiewicz. Además de Mankiewicz, Welles no se conformó con un equipo cualquiera para su película y contó con nada más y nada menos que Gregg Toland en la fotografía y Bernard Herrmann, asiduo colaborador de otro de los gigantes del cine, Alfred Hitchcock.

El resultado, una obra maestra del cine. Cualquiera que vea la obra incluso hoy, podrá entender lo visionario de Orson Welles, extrapolando la historia de Kane hasta nuestros días. Los intrincados estructurales en los que se mueve el periodismo no habían hecho nada más que empezar.

Hearst como referente

“Usted suminístreme las ilustraciones, que yo le suministraré la guerra”

La clara inspiración en el magnate de la prensa William Randolph Hearst, le trajo varios problemas a Orson Welles, ya que intentaron paralizar el largometraje. Hearst atacaría en sus medios de comunicación al film e intentaría que la película no se distribuyese. La mítica frase que sale de los labios de Kane en el film “Usted suminístreme las ilustraciones, que yo le suministraré la guerra” es una frase siempre atribuida a Hearst, cuando publicó en su periódico el titular de «El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo». Y con el cual se desencadenó La Guerra hispano-estadounidense -el desastre del 98-.

La historia en Flashbacks

Welles fue capaz de adelantarse a su tiempo. Prescindir de un solo narrador era arriesgado e inaudito para la época pero lo consiguió de una manera brillante. La película presenta a Kane como un enigma, un hombre complicado que, al final, deja al espectador con más preguntas que respuestas, tal como aparece, por ejemplo, en el noticiario donde es atacado tanto por ser comunista como por ser fascista. La técnica de usar flashbacks había sido empleada en películas anteriores como Cumbres Borrascosas en 1939 y Poder y gloria en 1933, pero ninguna de ellas se enfrascó tanto en esta técnica como Citizen Kane. El montaje de cinco secuencias en la que se explica el fracaso de su primer matrimonio, Welles lo simplifica en dos minutos, haciendo ver el paso del tiempo en el vestuario de los personajes.

A pesar de la grandeza de la película y que fuera nominada a nueve estatuillas, entre ellas la de mejor película y director, solo consiguió llevarse una, al mejor guion original.