En concreto, el Instituto Cubano de la música (ICM) ha sido el motor que ha impulsado principalmente esta medida. Su presidente, Orlando Vistel, en una entrevista concedida al diario oficial de la capital isleña (Diario Gramma), ha asegurado que la puesta en marcha de esta legislación ha sido motivada por la utilización de "expresiones vulgares, banales y mediocres" en este género musical. Además, la difusión o promoción del reggaeton acarrea "severas sanciones a quienes desde las instituciones propicien o permitan estas prácticas", ya que es totalmente necesario el establecimiento de "un coto a las expresiones vulgares" utilizadas en este género musical.
Sorprendentemente, a pesar de la expectación e incluso rechazo que esta iniciativa podría haber provocado, gran parte de países coetáneos a Cuba ya habían implantado esta prohibición.
Venezuela
El difunto expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, vetaba en 2007 el reggaeton. La justificación ofrecida se fundamentaba principalmente en su alto contenido erótico, además del empleo de un lenguaje vulgar y grotesco. Con todo ello se imposibilitó la divulgación y promoción de este género latino.
República Dominicana
En 2009 el presidente de la república isleña, Leonel Fernánedez, emulaba la labor de su vecino Hugo Chávez.. Además de considerar esta música vulgar y violenta, asegura que puede herir sensiblemente la integridad del género femenino.
Honduras
La república hondureña se sumaba a la causa no solo prohibiendo el reggaeton, sino la difusión de todos aquellos temas que contengan palabras obscenas.
Guatemala
Este país ha sido el último en adaptar esta legislación cutlural, concretamente en 2013 a través del decreto 34-2013. A partir de noviembre de ese mismo año se prohibió la difusión de este género musical en todas y cada una de las emisoras de música de la república. El incumplimiento de este decreto conlleva “severas sanciones”, ya que existen ciertos estilos musicales “que tergiversan la sensualidad consustancial a la mujer". Según el gobierno, el reggaeton desvirtúa “la verdadera imagen de la creación artística”.
Decreto 34-2013 (foto: elmundo.com.sv).
Todos los ejemplos expuestos anteriormente son el perfecto modelo de cómo un estilo musical puede cambiar radicalmente el subjetivo concepto de calidad. La prohibición promovida por estos gobiernos atenta principalmente contra un derecho personal, individual e intransferible recogido en la Declaración de los Derechos Humanos, la libertad de expresión (art. 19), además del concepto de libertad individual, amparado asimismo por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 28 y 45). Que muchos de estos temas resulten vejatorios para el género femenino no es más que una opinión generalista, por lo que no tiene sentido externalizarlo al género a lo sumo.
Por lo tanto, ese irrisorio concepto que empleamos para dictaminar qué resulta de calidad y qué no, no resulta irrevocable.Y su total prohibición y descalificación como género musical (sea el reggaeton o cualquier otro) debería hacernos replantear quién o qué potestad poseemos para calificar una industria cultural de buena o mala, colocando a cada producto esa etiqueta denominada calidad. La calidad es un concepto demasiado personal como para intentar moldearlo con tal alto grado de subjetivismo. De todos modos, el debate está servido.