2013 ha sido un año de sensaciones diversas. A la par que grandes directores afianzaban su trayectoria con grandes obras que confirmaban su calidad, otros buscaban la experimentación e intentar dotar a su carrera de una nueva dirección. Además, nuevos valores han explotado con maravillosas cintas que han cautivado a toda la comunidad filmográfica mundial. Como colofón, directores que habían brillado años atrás han realizado meritorios regresos a la pantalla recuperando su color de antaño y haciendo las delicias del espectador.
Desde la seca introspección de Haneke a la exploración de la locura realizada por el consagrado Paul Thomas Anderson, pasando por la falta de gravedad de Cuarón y el colorismo de Benh Zeitlin, este año ha regalado películas de diferente talla pero de altísimo nivel en la dirección.
Michael Haneke
El sombrío director austríaco nacido en Múnich sorprendió al mundo con Amour, una maravillosa cinta que explora las más indefensas certezas del amor y la vejez, una reflexión sobre la perpetuidad y lo imperecedero. La redirección de su obra es llevada al máximo en esta película, en la que, acompañado de las deliciosas interpretaciones de Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, logra exponer una de las más escabrosas vicisitudes de la vida humana. El cara a cara con la muerte y la fortaleza de la unión marital en una conexión brutal sin precedentes.
David O. Russell
El neoyorkino se ha ganado a pulso el título a la realización de la mejor comedia romántica del curso. La dulce pero histriónica El lado bueno de las cosas ha coronado a un autor que ya despuntó con películas tales como Tres reyes o The Fighter, y que volverá a probar suerte este nuevo curso en los Oscar, de la mano de La gran estafa americana, donde volverá a contar con sus habituales colaboradores en el reparto: Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, Christian Bale o Amy Adams.
Park Chan-Wook
El director de cine coreano que se alzó con la espectacular Oldboy hace diez años, recuperó su nivel perdido en una obra silenciosa pero abrumadora. Stoker supone la introducción de Park en lo más hondo del dolor y la recuperación humana, de los grandes problemas y esperanzas encarnados en una solitaria Mia Wasikowska. Destrozando las expectativas pero sin lograr un desmedido triunfo en cartelera, Park Chan-Wook regresó por sus fueros en este 2013.
Quentin Tarantino
El maestro de la violencia volvió a desatarse en 2013 con una de las mejores películas que pisaron la taquilla el último año. Django Desencadenado supuso una clara mejoría con respecto a las últimas realizaciones del director de Tennessee para alcanzar el éxtasis interpretativo y argumentativo. La fuerza desmedida de una cinta que aglutina crítica social e histórica, agudiza la regresión y potencia el mensaje que intenta transmitir. Brillante, una vez más, y más que nunca.
Richard Linklater
El autor de Escuela de Rock cerró en 2013 su trilogía más famosa. Antes del Anochecer supuso el magnífico cierre a casi veinte años de historia entre Jesse y Céline. Desde el amor y la pasión iniciales, hasta el arrepentimiento posterior, en esta última entrega Linklater explora la evolución del amor en el tiempo para una de las parejas más simbólicas del cine. Hawke y Delply se despiden de unos personajes caracterizados por la reflexión, los diálogos arbóreos y la magnificencia personal. El amor en su máximo estado expresivo. Un nuevo y absoluto triunfo.
Steve McQueen
Una de las mayores promesas del cine internacional como es el londinense Steve McQueen volvió a asombrar al mundo del cine con su obra más perfeccionada. 12 años de esclavitud es el colofón a un camino encauzado con Hunger y Shame que alcanza su éxtasis con esta película sobre la superación, el dolor y la fortaleza física y mental. Sus nominaciones a los Globos de Oro, precedente claro de su más que firme candidatura a la estatuilla, a la que se presenta como principal favorito.
Adbellatif Kechiche
La gran sorpresa de este año. El director tunecino, de 53 años, sorprendió a propios y extraños con la deliciosa La vida de Adèle, exploración intimista sobre el amor homosexual y la aceptación. La sórdida sinceridad de la cinta y la explosión de Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, claves para la consecución de una película casi exenta de puntos débiles. Su trayectoria a partir de este momento será seguida muy de cerca.
Alfonso Cuarón
La más esperada cinta del 2013, Gravity, no defraudó. Cuarón volvió por sus fueros alcanzando su mayor nivel en la dirección. El mexicano se superó con el retrato de una madre herida y solitaria en medio del espacio, logrando una elaborada descripción de los mayores temores y sufrimientos de la vida humana. Gravity se postula, junto a 12 años de esclavitud, como una de las favoritas para hacerse con la estatuilla a Mejor Película.
Paul Thomas Anderson
El símbolo del cine experimental volvió a destaparse con The Master, después de un lustro alejado de la dirección tras la única Pozos de ambición. En su versión más cruda, Anderson se interna en la influencia de la cienciología en la sociedad, en el dolor de un hombre abatido que se refugia en su soledad en ella. El dolor, las influencias y la capacidad para levantarse y proseguir el camino, claves en el cine de un Anderson que vuelve a ser indiscutiblemente inconfundible.
Benh Zeitlin
Una de las mayores maravillas que deja este 2013. Bestias del sur salvaje es el pintoresco dibujo de una sociedad inframundista, desde el colorido punto de vista de la pequeña Quevanzhané Wallis, una solitaria y valiente niña que deshecha la opción de perder la ilusión a pesar de la más tibia crudeza de su día a día. El debut de Zeitlin con un largometraje, a su temprana edad de 30 años, supone un claro indicio de esperanza y es el mayor haz de luz del curso 2013. Pronto seguirá brillando.