Una de las últimas luces del firmamento del cine dorado de Hollwyood se apagó para siempre. Joan Fontaine, musa de Alfred Hitchcock y ganadora de un premio Oscar por Sospecha en 1942, falleció el pasado domingo en su casa de California a los 96 años de edad, según ha confirmado su asistente. La veterana actriz era hermana de la también intérprete Olivia de Havilland, de 97 años y residente en París, con la que no se hablaba desde hacía décadas. "Me casé primero, gané el Oscar antes que Olivia y, si muero antes que ella, seguramente se indignará porque le he ganado también en eso", llegó a decir alguna vez de su relación.

Pese a ostentar el récord de ser las únicas hermanas de la cinematografía mundial que poseen un Oscar, ambas tuvieron carreras contrapuestas, marcadas en todo tiempo por la profunda rivalidad que se profesaban. Joan Fontaine (Joan de Beauvoir de Havilland, su verdadero nombre), nacida en Japón el 22 de octubre de 1917 e hija del británico Walter Augustus de Hawilland y de la también actriz Lilian Augusta Ruse, siempre quiso demostrarse a sí misma que podría conformar un legado al margen de la sombra de su famosa hermana Olivia de Havilland, quien ya despuntaba en el cine de la época con títulos como Lo que el viento se llevó.

Le arrebató en 1942 la estatuilla dorada a su hermana, la también actriz Olivia de Havilland
Después de desfilar como secundaria en varios títulos de menor proyección, en 1940 llegaría su momento. Un desconocido en tierras americanas, el cineasta británico Alfred Hitchcock, la seleccionó para protagonizar Rebeca, su debut en Hollywood y donde Fontaine compartiría créditos con el gran Laurence Olivier. Su encarnación de una dulce, noble y a la vez asustadiza joven que vivía a expensas del recuerdo de la difunta esposa de su marido, encandiló a crítica y público. Una intepretación que se tradujo posteriormente en una nominación al Oscar. Pese a que esa vez no pudo alcanzarla, la estatuilla terminaría cayendo en sus manos dos años más tarde, en 1942 por Sospecha, nuevamente con Alfred Hitchcock detrás de la cámara y con Cary Grant como galán.

Curiosamente, Fontaine le arrebató la estatuilla a su hermana Olivia, quien también estaba nominada a mejor actriz por Si no amaneciera. Fue el punto de inflexión en su maltrecha relación de hermanas que se había iniciado mucho tiempo atrás, cuando la madre de ambas, también actriz, siempre había defendido la calidad artística de Havilland en detrimento de su hija menor Joan; motivo que la obligó a utilizar primero el nombre artístico de Joan Burfield y posteriormente a recurrir al apellido de soltera de su madre, Fontaine.

Tres nominaciones al Oscar y una estrella en el Paseo de la Fama

La ninfa constante (1943), por la que conquistó su tercera y última nominación de la Academia de Hollywood, El vals del Emperador (1948), September Affair (1950), Más allá de la duda (1956), o la adaptación de Orson Welles del clásico Jane Eyre', de Charlotte Bronte, son algunos títulos de la fimografía de uno de los iconos del cine de los años 40 y 50 en Hollwywood. Además de poseer su propia estrella en el Paseo de la Fama, la actriz fue galardonada en el Festival de San Sebastián de 1989, más de dos décadas después de protagonizar su último título cinematográfico: Las brujas (1966).

Joan Fontaine se casó en cuatro ocasiones y fue piloto de avionetas; una vida intensa que ayer dio su último suspiro. Afortunadamente, su recuerdo perdurará generación a generación gracias a la inmortal magia del cine. Eso jamás podrá arrebatárselo nadie.