Allá por el 91, mismo año en que se estrenara Todo por la pasta, ganadora de un Goya entre varias nominaciones, el director bilbaíno presentaba Mirindas asesinas. Como en la mayor parte de los casos, este cortometraje supone el precedente de toda la carrera cinematográfica de Alex de la Iglesia, ya que tiene esa esencia que no abandonará jamás, a partir de entonces, en ninguno de sus largometrajes posteriores.

Mirindas asesinasse desarrolla en blanco y negro, con una iluminación suficiente para desarrollar la historia y el aura siniestra que rodea al protagonista. Un guión inusual que nos lleva a una trama de esas que sólo puedes esperar de una mente como la de Alex de la Iglesia. Un personaje turbio, un camarero desafiado y una serie de espontáneos que colaboran en el desarrollo de esta historia que, a base de mirindas, engancha hasta un final, que no es precisamente, muy inesperado.

Destaca la interpretación de Alex Angulo, quien colaboraría posterior y activamente con el director, lo cual le llevaría a una nominación en los Goya por El día de la bestia. Por otro lado, Saturnino García, el camarero, también resalta en esta producción y en otras tantas del realizador, así como la ya citada en este mismo párrafo, Todo por la pasta o Acción Mutante.

Mirindas asesinases, sin duda, una pieza indispensable en la filmografía de todo seguidor del cineasta.

Casi diez años después, Alex de la Iglesia vuelve a trabajar con cortometrajes para Notodofilmfest. En el año 2000 presenta ¡Enigma en el bosquecillo!, un cortometraje de apenas cuatro minutos en los que Salieri, al cual casi se le escapa la peluca más de una vez, persigue a un misterioso Mozart por el bosque ya que tiene algo que enseñarle. Al final, tras minutos de búsqueda y conversación absurda, llegan a una casa abandonada llena de grafitis donde Mozart podrá enseñarle a su amigo el enigma… Una pequeña película absurda muy cómica. El guión, y la interpretación de Mozart, corresponden a Manuel Tallafé, también reconocido colaborador de Alex de la Iglesia. De hecho, es el señor de Badajoz en la reciente Las brujas de Zugarramurdi.

Más tarde, en 2006, también para Notodofilmfest, de la Iglesia presenta El código. Un cortometraje, interpretado de nuevo por el increíble Manuel Tallafé. Cuatro minutos de entrevista con el propio Leonardo Da Vinci, que revela los más míticos secretos acerca de obras como La mona lisa. Simplemente, sobresaliente.

Por último, como cortometrajes no oficiales, se puede incluir La tragedia de Franco, un cortometraje documental que Alex de la Iglesia realizó para el programa de Buenafuente. En él, un grupo de investigación (capitaneado por el propio director) viaja a China para averiguar si Franco vive allí, ya que “todo huele a él”. Por otro lado, se pueden añadir como películas breves dos trabajos publicitarios que todos conocemos. El primero de ellos se emitía en nuestras televisiones hace un par de años, un spot publicitario en el cual los grandes cómicos españoles rinden un homenaje a Gila; en el segundo, vemos a Hugo Silva huyendo por Gran Vía.

Largometrajes, cortos, spots, falsos documentales… siempre con la virtuosa excentricidad que merece una firma como la de Alex de la Iglesia.